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que los tres ganaron el primer premio, cuando son
muy pocos, en general, los que no se ven obligados
a sufrir un segundo examen.
Ahora pasemos de Italia a Francia, donde
tenemos el colegio de Niza. Sabéis que, después de
la primera expedición de misioneros, don Bosco fue
por aquellas tierras. Hacía ya unos años que se
trataba de abrir allí un colegio. Se alquiló una
casita, se envió a ella un sacerdote como
director, un clérigo para dar clase y un seglar
para la cocina. Se empezó con el oratorio festivo,
se abrió un internado para muchachos pobres y
cuando éstos llegaron a catorce ya no se pudieron
admitir más por falta de espacio. Se tiró así
adelante hasta agosto o septiembre de 1875,
cuando, con la ayuda de gran número de
bienhechores, se pudo conseguir una casa, próxima
a la Plaza de Armas, con muchas salas, dos
jardines y patios. La dificultad estaba en que
aquella casa costaba cien mil liras. >>Cómo
comprarla nosotros que nunca tenemos dinero?
>>Nosotros que vamos siempre adelante a fuerza de
deudas, haciendo puf, puf, como el tren? El
Superior no se dejó amedrentar por este obstáculo,
que parecía insuperable, sino que confió en la
Providencia. Esta vino en su ayuda, y se compró la
casa, que ya va prosperando, y tiene cincuenta
muchachos. Cuarenta se dedican a aprender un
oficio y diez a los estudios. También de allí
salió algún fruto para la Congregación, y dos de
los estudiantes pidieron ser aceptados como
aspirantes. íSon los primeros franceses! Esperamos
que el Señor bendiga nuestros esfuerzos y podremos
hacer mucho bien.
El internado se llama Patronato de San Pedro.
Podría contaros algunos episodios, mas por
brevedad los omito, pues no lo permite ahora el
tiempo. Hay clases diurnas y nocturnas para
externos, y dos oratorios. Es una fortuna para
aquella ciudad, refugio de gente reducida a la
miseria, que va allí en busca de trabajo y de
dinero, gente que se preocupa muy poco de su alma
y de la de sus hijos, que no frecuenta la iglesia
y no envía a sus chicos a la escuela y a la
catequesis parroquial. Hay, por tanto, muchos
golfillos, y es una gran suerte que éstos, que
crecerían con una mala educación o sin ninguna,
sean educados cristianamente y encaminados a los
sacramentos; gran suerte para ellos y también para
la ciudad.
Los periódicos franceses alaban este colegio,
dan a conocer el beneficio que aportan los
salesianos a Niza e invitan a todas las ciudades
de Francia a montar una casa salesiana. La semana
pasada hubo dos de estos diarios que pusieron por
las nubes a los salesianos y despertaron tanto
entusiasmo por nosotros que Marsella, Lyon,
Burdeos y otras ciudades ya discurren y trabajan
para obtener una casa salesiana. Hace unos días
que una buena persona escribió al Director una
carta ofreciéndonos gratuitamente una casa con
amplios locales, habitaciones, patio y jardín con
la única condición de abrir allí un colegio.
((**It13.75**)) El año
pasado cuando nuestro Superior don Bosco volvía de
Francia, pasó por Bordighera, en Vallecrosia,
donde los protestantes pusieron su pie y tanto
daño causan a las almas. Tienen allí iglesias,
colegios y escuelas. El Obispo de Ventimiglia,
afligido y preocupado, no sabía cómo poner un
dique contra aquella impiedad. No había allí
escuelas católicas. Estaba la parroquia, pero
nadie entraba en ella. Rogaba por eso a don Bosco
que tuviese a bien remediar tantos males. Don
Bosco se rindió y aceptó establecer allí una casa.
Se alquilaron unas habitaciones pobres, bajas,
para vivienda de los salesianos y escuela de los
muchachos y las muchachas; se improvisó una
iglesia, limpiando lo mejor que se pudo dos
cobertizos de techo muy bajo. Si tuviese que
entrar allí el Obispo, que es de estatura
ordinaria, no podría ponerse la mitra. Para ello
habría de ser de la misma estatura que algunos de
los que están aquí. (íDon Paglia, don
Paglia!(**Es13.72**))
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