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17. Al ingeniero Francisco Bocca
Este señor, que vivía en Pollone de Biella,
tenía a su servicio una hermana de José Sandrone,
jefe de tipógrafos en la Tipografía Salesiana.
Entre éste y la hermana había ciertos
resentimientos por cuestión de intereses. Rogó el
ingeniero a don Bosco que interviniese él para
mitigar la tensión. La carta del Beato, que se
refiere a su mediación, es una bonita prueba de su
prudencia y caridad.
Muy apreciado señor Bocca:
He hablado varias veces con José Sandrone, que
vino junto con su mujer. Le daré un resumen de
cuanto se trató. José no pone mínimamente en duda
cuanto su hermana María hizo por él. Más aún, lo
reconoce y, aunque asegure que sería feliz
gastando hasta el último céntimo por su hermana,
si lo necesitase, sin embargo, desea que el
interés de la hermana figure por escrito y él está
dispuesto a todo. Por tanto, tenga la bondad de
interpretar el pensamiento de María, mandármelo
por escrito, y José ha empeñado hace poco su
palabra de que lo firmará. Los dos me encargaron
formalmente rogase a la hermana que viniese a su
casa siempre que se acerque a Turín, lo mismo para
hospedarse que para comer. Si en el pasado pudo
haber algo, o mejor, alguna palabra que ocasionase
disgusto, le ruegan que lo olvide, pues ellos
quieren considerarla siempre como una verdadera
hermana, dueña de su casa.
He indagado, además, la situación económica de
José y parece que hace honor a sus quehaceres,
pero dentro de una gran economía. Está en los
principios de su vida social. Los enseres de la
casa, el alquiler, el estado interesante en que
actualmente se encuentra la mujer, son cosas que
él tiene siempre a la vista. Pero, como gana un
buen sueldo y la mujer tiene también el suyo,
aunque discreto, ya han cubierto las deudas y
están preparando algo para los gastos eventuales
futuros.
Este es, respetable señor, el resumen de mi
misión. ((**It13.848**)) Todo
queda en sus manos, a fin de que, con su caridad y
prudencia, llegue a feliz término.
Estoy muy contento de que este asunto me haya
puesto en relación con usted, de quien tantas
veces he oído hablar favorablemente.
Me daría una gran satisfacción una visita suya
personal, cuando venga a Turín.
Compadezca mi mala letra y acepte los augurios
de todo bien del Cielo, de quien se profesa
Turín, 28 de octubre de 1878.
Su atto. y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
18. Al caballero Francisco María
De Simone
El señor De Simone había enviado a don Bosco
una limosna desde Acri (Cosenza), pidiendo
oraciones para un hermano suyo enfermo.
(**Es13.718**))
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