((**Es13.713**)
Excelentísimo Señor:
Entre los ciudadanos beneméritos de la
sociedad, creo se puede señalar al caballero.
Félix Faja, de Asti, residente actualmente en esta
ciudad de Turín, calle Cernaia, número 1.
En su laboriosa carrera de empresario, ha
observado constantemente la conducta de un
ciudadano leal y honrado.
Fue empresario de los canales de la hacienda
pública en la zona de Vercelli; de los edificios
para la conservación de tabacos y de la fábrica de
papel en el Parque Real, junto a Turín.
De acuerdo con el conde Cavour, colaboró en
muchas empresas públicas y obras de beneficencia.
En dos ocasiones entregó diez mil liras para la
Escuela de Aprendices. En su calidad de director e
inspector de las Escuelas Técnicas de San Carlos
colaboró, con capital propio, en la compra del
terreno, donde hoy se levanta el edificio
destinado a esta finalidad.
Entrego diez mil liras para los muchachos
pobres del Oratorio de San Francisco de Sales para
pagar la deuda al panadero.
Fue condecorado con la cruz de san Silvestre el
19 de enero de 1877.
Actualmente se pide para él, como bienhechor
público que es, la condecoración de la Orden de
San Mauricio, y esto le animará a realizar otras
obras de utilidad pública, para lo que siempre
está bien dispuesto.
La recomendación de don Bosco obtuvo para el
señor Faja la cruz de caballero. Para celebrar el
suceso, dio éste un banquete, al que invitó,
juntamente con don Bosco, a varios sacerdotes
salesianos, al doctor Fissore y otros. Durante el
banquete ((**It13.842**)) uno de
los comensales dijo a don Bosco:
-Hay una cosa en su iglesia, que ciertamente no
está bien.
->>Y cuál es?
-Que los ángeles son mas bonitos que la Virgen.
Con esto quería decir que los ángeles de los
dos campanarios brillaban, gracias al efecto del
dorado, mientras la Virgen de la cúpula se había
ennegrecido por haber perdido, con la intemperie,
el ligerísimo baño de oro que la revestía.
-Tiene razón, respondió don Bosco a su
interlocutor; es un inconveniente que hay que
remediar.
Y, entonces, levantando la voz, dijo a todos
los convidados:
-Oigan, señores, una observación que me acaban
de hacer. Los ángeles son mas bonitos que María
Auxiliadora. Hay que procurar para la Virgen la
decoración que le conviene; me dirijo, pues, a
ustedes para que me ayuden a hacer dorar de nuevo
la estatua.
-íEs verdad! íEs verdad!, exclamaron todos.
-Entonces le encargo a usted, doctor Fissore,
como profesor de
(**Es13.713**))
<Anterior: 13. 712><Siguiente: 13. 714>