((**Es13.71**)
Y no son peticiones de simples personas privadas,
de una o dos personas, sino de municipios enteros
con el alcalde a la cabeza y respaldadas por
muchos de los más acomodados del pueblo. Llegaron
peticiones con la firma de todos los concejales de
Novi Lígure, Montaldo Lígure, Nizza, etc., lo cual
demuestra el gran deseo de prestar ayuda a
nuestras obras y de servirse de nosotros para su
bien particular. Nos quieren y con razón, porque
nuestros sacerdotes se prestan para celebrar,
predicar, confesar por todos los pueblos a la
redonda y no es para dicho cuánto nos lo agradecen
aquellos párrocos. Muchas veces voy yo allá y
pregunto:
->>Dónde está fulano?
-íEstá fuera de casa, se me contesta, predica
((**It13.73**)) en tal
pueblo.
->>Y mengano?
-Ha ido a confesar en la ermita de aquella
colina.
A veces eran cuatro o cinco los que estaban
fuera del colegio. También en Alassio se
establecieron las monjas para la ropería y la
cocina y para catequizar a las muchachas. Hay que
notar que ya no se queja nadie en el colegio de la
comida, lo cual, al parecer, no es poco; en
efecto, en casi todos los otros colegios esto da
motivo a murmuraciones, que incluso en la mesa del
Rey hay quien se queja.
No muy lejos de Alassio está Sampierdarena.
Tengo que hablar con un poco de envidia de esta
casa, porque va camino de superar al Oratorio.
Hace cinco años era una casucha de Marassi, donde,
en unos cuartitos estaban las clases, la cocina,
los dormitorios y la sala de estudio. Allí no
podía ampliarse la obra.
Se trató de trasladarla a Sampierdarena, ciudad
famosa por su irreligiosidad y masonería. Era una
empresa arriesgada. Pero la divina Providencia lo
quería y nuestro Superior no se detuvo ante las
dificultades. Se compró una casa y desde Marassi,
donde estábamos en una casa alquilada, se trasladó
allí el personal. Pero se encontraban los nuestros
con muchas estrecheces, había muchas peticiones de
alumnado, los externos acudían en gran número.
Hacía falta un edificio adecuado a la necesidad.
Don Bosco fue allí de visita y se levantó como por
ensalmo una hermosa y gran construcción, para
internos y para externos, y hace ya dos años que
se llevó a término.
En poco tiempo aumentaron los alumnos y son ya
de doscientos sesenta a trescientos; casi alcanzan
a los del Oratorio. Este aumento hay que
atribuirlo también a la obra de María Auxiliadora.
Los jóvenes que estudian latín, muchos de ellos
crecidos en edad, son unos ochenta, para
proporcionar buenos ministros del Señor a la
Iglesia y a la Congregación. Hay muchas peticiones
de ingreso para el noviciado o para el
aspirantado. Este año ya dio el internado algunos
clérigos; unos fueron al seminario de la diócesis
y otros están aquí entre nosotros. También este
año se comenzó el oratorio festivo para muchachos
externos. El patio es bastante espacioso; se
transformó un corredor en capilla para dar
catecismo. Para la bendición se lleva a los
muchachos a la iglesia pública. Además se les da
comodidad para recibir los sacramentos. También es
digno de nota que este año se estableció una
tipografía, la segunda de la Congregación, en la
que ya se han impreso varios libros, y esperamos
que será muy útil para la difusión de éstos por
aquella zona y que hará mucho bien a la población.
Diré también dos palabras en torno a Valsálice.
Este año 1876-77, Valsálice aumentó un poco, pero
va creciendo lentamente, como es de esperar por la
clase de sus alumnos. Con respecto a la aplicación
al estudio y a la moralidad también aquí tenemos
motivos para alegrarnos. Algunos de aquellos
muchachos vistieron la sotana y ya ingresaron en
el seminario. En cuanto a los estudios es notable
el éxito ((**It13.74**)) del
examen de bachillerato superior al fin del año. En
Turín se procede con mucho rigor en este examen y
los tres alumnos que Valsálice presentó no sólo
aprobaron, sino(**Es13.71**))
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