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convirtieron en clérigos. Aún más maravillado,
volví a temer que se tratara de un efecto de
brujería y miré por una y otra parte. Pero,
entonces, no sé bien si fue el párroco de
Buttigliera o el de Castelnuovo, quien me toco en
el brazo y me dijo:
->>Has comprendido? De tres, dos; dilo a don
Julio Barberis.
En el cestillo había más de tres palomas, pero
de las otras no hice caso.
Así terminó el sueño.
((**It13.812**)) Fue
siempre mi intención el contártelo; mas me
olvidaba de hacerlo cuando estabas presente y me
acordaba cuando ya te habías marchado. Ahora te
voy a dar a ti y a los demás la explicación del
mismo.
Entre otros, se encontraban presentes monseñor
Scotton, don Antonio Fusconi de Bologna y el conde
Cays.
Los comentarios fueron diversos, pero don Bosco
sacó esta conclusión:
-El cestillo conteniendo numerosas palomas
implumes representa el Oratorio. De los que llegan
a ser clérigos en el cestillo, esto es, en el
Oratorio, de tres, perseveran dos. No hay que
hacerse ilusiones; se abrigan esperanzas de todos,
pero uno por enfermedad, otro por fallecimiento,
quién por oposición de los padres, quién por
pérdida de la vocación, se producen siempre bajas
y ya es una gran cosa que de tres que comienzan
lleguen al sacerdocio dos, permaneciendo en la
Congregación.
Una pérdida sufrida entonces por la
Congregación, pero que jamás podría decirse
pérdida en el sentido vulgar de la palabra, fue la
salida de
Don Luis Guanella.
Hemos encontrado ya este nombre varias veces en
el curso de estas Memorias; le dejamos la última
vez en Trinit… de Mondovì, como director de
aquella casa. Aún antes de terminar el tiempo de
sus votos trienales, dudaba si debía continuar en
la Congregación. Le dominaba siempre la idea de
fundar una obra diocesana, que prestase caritativa
y eficaz asistencia a los seres más abandonados de
la sociedad. Hasta que la idea no tomó forma algo
definida en su espíritu, él andaba como quien,
agitado por un impulso secreto que no sabe
distinguir si es del cielo o de la tierra, va en
busca de personas iluminadas que le ayuden a
conocer la verdad, mientras se esfuerza por llevar
una vida santa y próxima a Dios. Con el tiempo el
movimiento interior del alma se había hecho cada
vez más fuerte, y él no escondía a don Bosco su
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