((**Es13.677**)((**It13.798**))
CAPITULO XXVI
HECHOS Y DICHOS INTIMOS DEL BEATO,
DURANTE 1878
QUEREMOS ordenar, en este último capítulo del
presente volumen, algunos hechos y dichos del
Beato, que no encontraron lugar apropiado en los
capítulos precedentes. Los llamamos íntimos,
porque sucedieron en conversaciones con la
comunidad entera o con unos pocos; o porque se
trata de cosas escritas en cartas de carácter
personal; hechos sucedidos a solas con alguno, o
arcanos del alma con Dios.
Comenzaremos con una hermosa
Conferencia sobre la castidad.
Es la última de las que don Julio Barberis nos
conservó por entero.
La dio don Bosco en la iglesia de San Francisco a
todos los profesos, novicios y aspirantes del
Oratorio, el día de la Ascensión, después de haber
emitido los votos cinco de los presentes. Aquella
ceremonia solía ir precedida, por entonces, de una
breve lectura espiritual de la Imitación de
Cristo. <((**It13.799**)) en el
fervor que se reaniman o se alegran, al ver cómo
crece el número de compañeros>>. Don Bosco habló
de esta manera:
Mis queridos hijos, estaba deseando hablar a
mis queridos muchachos y especialmente a todos los
pertenecientes a nuestra congregación, reunidos. Y
hace mucho que no he podido hacerlo. Es cierto
que, desde mi llegada, ya he podido hablar
privadamente y largo y tendido con muchos, pero
todavía no había tenido la satisfacción de veros a
todos juntos. Esta tarde he tenido la suerte de
hacerlo, con motivo de los que acaban de
consagrarse a Dios con los votos perpetuos. Con la
profesión damos un adiós al mundo, a sus placeres,
a sus lisonjas, para merecernos el céntuplo en el
cielo prometido por el Señor. Dado que hoy es el
día de la Ascensión de Nuestro Señor
(**Es13.677**))
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