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amigos, inmersos todavía en la idolatría. Más de
cien alumnos ya han manisfestado su decidida
voluntad de abrazar el estado eclesiástico, con
señales evidentes de vocación.
Con la debida autorización de V. E. Rvma. se
abrió en la capital Argentina un noviciado regular
y un estudiantado.
Además, tenemos en Europa muchas casas en las
que se encuentran muchachos de distinta condición,
educados en la ciencia y en la piedad, y que
generalmente se deciden a hacerse misioneros. Hay
más de doscientos reunidos con esta finalidad en
la casa de Sampierdarena, con el título de Obra de
María Auxiliadora.
Todos estos elementos nos ofrecen fundadas
esperanzas de que, con la ayuda de Dios, podremos
organizar cada año una expedición de misioneros
para el extranjero, entre jefes de taller,
catequistas y sacerdotes.
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Medios materiales
Si queremos hacer un balance preventivo, no se
cuenta ni con un solo céntimo seguro de capital;
pero siempre y únicamente apoyados en la divina
Providencia pudimos fundar, atender, proveer de
mobiliario a tantas casas e iglesias, preparar
centenares de jefes de taller y sacerdotes para
organizar una expedición con el correspondiente
ajuar; y todo se hizo, a la par que se da pan y
cristiana educación a veinte mil muchachos. Para
gloria de Dios y de los pueblos americanos, hay
que declarar que los Salesianos llegados a países
extranjeros fueron recibidos con inaudita caridad,
por lo que no les ha faltado nada de lo necesario
para el ejercicio del sagrado ministerio, para
llevar adelante internados, iglesias y escuelas.
De manera que, rigurosamente hablando, los
Salesianos no poseen nada en Europa ni en América,
pero no les ha faltado nunca nada en las obras
emprendidas.
El único bienhechor fijo y estable es el Padre
Santo, el cual, con su inagotable caridad, acudió
muchas veces generosamente en nuestra ayuda. Al
presente se añade la esperanza puesta en V. E. y
en la piadosa obra de la propagación de la fe,
que, según cartas escritas por su presidente,
acudirá en nuestra ayuda, cuando estas misiones
hayan sido encomendadas por V. E.
Disposiciones a tomar
Mientras los misioneros salesianos llevaban
adelante la administración de los centros que la
divina Providencia les confió, a menudo acudían,
ora unos, ora otros, a misionar por campos y
colonias avanzadas entre los indios. Así
catequizaban a gente de todas las naciones, allí
reunidas por intereses materiales, pero que
generalmente no habían visto ni oído la voz de un
sacerdote católico durante años y años. Gracias a
estas excursiones evangélicas, escribe don Juan
Cagliero, jefe de los misioneros Salesianos,
pudiéronse adquirir muchos conocimientos en torno
a la índole, carácter, lenguas y costumbres de los
indios, e iniciar con ellos algunas relaciones que
son muy útiles para conocer los lugares más
oportunos para las misiones y menos peligrosos
para los misioneros.
Entre los muchos lugares donde parece que se
pueden establecer las misiones hay que contar con
Carhué y Santa Cruz.
Carhué es un lugar donde hay una guarnición de
soldados, a manera de fortaleza, construido en
1874, en la frontera recientemente erigida por la
República de Buenos Aires: el gobierno de entonces
que llevó sus confines a más de mil kilómetros
hacia las Pampas, debe mantener alejados a mano
armada a los salvajes, que con apariencia de
comercio realizan continuas incursiones de
exterminio sobre los argentinos.
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