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porque la Sagrada Congregación, esperaba antes una
relación de don Bosco sobre el estado de la
Sociedad 1.
Como se ve, don Bosco había llegado al último
extremo posible; tenía, pues, derecho a esperar
que se abandonase la desventurada idea del año de
prueba; pero el Arzobispo se mantuvo firme 2.
>>Cómo era posible adiestrarse en un año a
lugares, costumbres, caracteres y ambiente? El
Abate, por su cuenta, quería el noviciado; pero la
santa sede no habría concedido nunca la facultad
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abrirlo sino a título permanente. Puestos de este
modo en el aprieto, los Capitulares estudiaron la
forma más elegante para salir honestamente del
apuro, rescindiendo el compromiso. Había, por
consiguiente, que escribir a París que, habiendo
dado la Congregación pruebas suficientes de
cuanto, con la ayuda del señor, era capaz de
hacer, no sólo en Italia, sino también en Francia,
en Niza y en Marsella, no parecía justo ni
decoroso ir a París a título de prueba;
manteniéndose firme, además, el Cardenal en querer
la prueba y no pudiéndose esperar autorización
para poner un noviciado en condiciones tan
precarias, los salesianos se veían obligados a
romper las negociaciones; pero que era su deseo
conservar las buenas relaciones con el abate
Roussel y mantenerse dispuestos a ir a París, con
tal de que fuera en forma definitiva, cuando se
hubiere juzgado en Francia que se habían dado
pruebas suficientes de habilidad.
Esta comunicación salió de Alassio el 9 de
febrero de 1879, probablemente escrita por don
José Ronchail y firmada por don Bosco, que se
encontraban en aquel colegio. La respuesta,
motivada con un dolor resignado y muy respetuoso,
la recibió don Bosco en Roma 3. El siervo de Dios
la reexpidió al conde Cays, con estas
instrucciones: <> El Conde cumplió su mandato, empleando un
lenguaje
1 Carta del abogado Leonori a don Bosco, Roma,
23 de mayo de 1879. Dilata sentencia, es la
fórmula curial con la que se difiere la resolución
de una duda o la atención de una súplica.
2 El insigne historiador P. Pisani, canónigo de
Notre-Dame en Paris, que conoció al cardenal
Guibert lo pinta así (carta al salesiano don
Agustín Auffray, AsniŠres, 4 de agoseo de 1931):
<>. Yo no creo, pues, que
sufriera la influencia de un prelado extranjero,
para comportarse con don Bosco como lo hizo con
muchos otros parisienses o provincianos. Era
tímido, prudente, casi desconfiado y yo he
conservado el recuerdo preciso de la oposición que
hizo, por ejemplo, a la fundación del hospital de
San José>>.
3 Apéndice, doc. 60.
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