((**Es13.63**)
Después de la muerte de Pío IX la Santa Sede no
se desentendió del Instituto, sino que le concedió
tuviera entre sus miembros un número limitado de
sacerdotes para la dirección espiritual de los
hermanos y cooperó con otras saludables reformas a
su reflorecimiento, de suerte que hoy día honra
grandemente a la Iglesia, al paso que va
adquiriendo también insignes méritos ante la
sociedad civil.(**Es13.63**))
<Anterior: 13. 62><Siguiente: 13. 64>