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producen buenos frutos. No fue posible entendernos
bien por escrito, pero eso lo logrará don José
Bologna de palabra. Es necesario pensar en lograr
la estabilidad de nuestro Instituto, y lo será, si
la Congregación Salesiana es independiente. Esto
((**It13.729**)) se
halla estancado actualmente, por cuanto los
Salesianos no pueden correr y saltar, sino estar a
lo que hay y no más.
Piense usted en ello; es mi deseo que la Casa
Beaujour viva muchos años después de nosotros.
Van de momento tres sacerdotes y un coadjutor.
A medida que se vea la necesidad de más
personal, ya haré por enviarlo.
Mis saludos para mons. Martín, para su Víctor y
para todos los de su familia; ruegue por mí, que
soy siempre en J. C.
Turín, 26 de junio de 1878.
Su afmo. amigo
JUAN BOSCO, pbro.
Los <> señalados en la carta
eran el Director, don Alejandro Porani,
catequista, y don José Villanis, consejero. El
coadjutor se llamaba Luis Nasi, a quien recuerdan
todavía con edificación cuantos le conocieron. Sin
embargo, solamente el primero y el último llegaron
a tomar posesión. Pero don Bosco mantuvo la
palabra de enviar refuerzos, si eran necesarios.
En efecto, además de los cuatro mencionados,
envió, en varios intervalos, cuatro clérigos,
entre los cuales se contaba Luis Cartier, y otros
tantos coadjutores, de los que sobrevive Víctor
Borghi. Por eso, en el catálogo de 1879, hay doce
personas formando la comunidad de Marsella.
En su carta don Bosco da el título de San León
a la casa, sin más explicaciones. >>Cuándo y cómo
fue denominada así? Corren dos versiones sobre el
caso. Una, con raíces en la tradición, dice que
fue tal, por cuanto los Salesianos debían llegar
allí, aunque no llegaron, el día 28 de junio,
fiesta de san León II. Pero la realidad es que, si
en un momento dado se habló del 28 de junio por la
fallida llegada, esto fue tarde y por mera
casualidad; la verdad es que aquel nombre había
sido impuesto hacía tiempo. En efecto, por el acta
de la sesión que el consejo de la Sociedad
Beaujour celebró el 11 de junio, queda uno
informado de que don Bosco ya había propuesto
aquella denominación para el Oratorio. La otra
hipótesis dice que el Beato dedicó la casa a san
León, como homenaje a León XIII. Nosotros ((**It13.730**))
creemos que las dos versiones pueden conciliarse
fácilmente y que se completan recíprocamente. El
pensamiento de don Bosco fue el de honrar al Papa,
dando al Oratorio un patrono que recordase su
nombre y que, precisamente por esto, debió fijar
en el contrato, como punto de partida
(**Es13.619**))
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