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El Capítulo Superior trató el asunto unos días
después. Todos los miembros del mismo aplaudieron
la nueva fundación, agradecidos a la vez a la
confianza que el canónigo y la Sociedad Beaujour
ponían en su amado Superior y Padre y en la
Congregación Salesiana. Examinaron a continuación
el proyecto de convenio y lo aprobaron, a
condición de que se admitieran algunas importantes
modificaciones para evitar litigios en el
porvenir. Se tenía plena confianza en los que lo
proponían, verdaderos amigos del bien y de los
Salesianos; pero era preciso reducir las cosas al
punto de que, según decían los capitulares, no
apareciesen el nosotros ni el vosotros, sino
nuestros sucesores y los vuestros, puesto que
podría muy bien darse el caso, de que llegaran
otros hombres de distinto espíritu ((**It13.728**)) y poco
dispuestos a reconocer las buenas disposiciones de
sus predecesores.
Don Miguel Rúa comunicó estas observaciones al
abate Guiol el 20 de mayo, y terminaba así su
carta: <>Y cómo se las arreglarán para
mantenerse? Mi querido señor Cura, su bondad y
generosidad nos inspiran confianza. Las palabras
que le hemos oído nos tranquilizan, pues sabemos
que, hasta tanto que no se organicen regularmente
las cosas, usted no abandonará a nuestros
Hermanos.>>
El texto del convenio, retocado en Marsella y
vuelto a enviar a Turín, se dio por terminado el
13 de junio 1. Todavía hubo, por ambas partes,
observaciones y explicaciones apremiantes a vuelta
de correo, porque se querían precaver de cualquier
sorpresa para el futuro. La presencia de don José
Ronchail en Marsella facilitó mucho el
entendimiento.
Los Salesianos estaban ya a punto de partir
para Marsella. Don Bosco les precedió con esta
carta al párroco de San José.
Mi querido señor Cura:
Para empezar nuestro proyecto, envío en seguida
a don José Bologna, prefecto o vicerrector de esta
casa. Es un hombre conocedor del internado, del
tema de los aprendices y del oratorio festivo, y
espero que colmará toda expectación.
Pero hay que tener en cuenta que no podrá hacer
milagros en seguida, y que se requerirá algún
tiempo para poder ver el fruto de los comunes
deseos. Mas, con la buena voluntad, la ayuda del
Señor y la asistencia de los buenos consejos de V.
S. queridísimo, espero que la Casa de San León no
se quedará más atrás de las que ya
1 Véase el Apéndice, Doc. 56.
(**Es13.618**))
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