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de don Bosco: establecer una escuela agrícola,
donde aprendiesen a cultivar el campo y recibiesen
educación cristiana los pobres hijos de la gleba,
huérfanos y abandonados. Por eso, apenas pareció
que había suficiente personal, se aceptaron
cuantos muchachos podían caber en la casa, como
unos cuarenta en total; y lo más singular fue que,
empezar a matricular y empezar a llegar socorros
providenciales para mantenerlos y vestirlos, todo
fue uno. Los Salesianos tuvieron en seguida
grandes satisfacciones por la buen conducta de los
muchachos, la visita del Obispo, la ida de don
Bosco a principios de 1879, y el general interés,
con que se miraban sus sacrificios. No faltó, por
otra parte, una espina muy dolorosa, con la muerte
de la virtuosa Hija de María Auxiliadora, sor
María Gariglio.
Las Hijas de María Auxiliadora fueron a la
Navarre, tras los Salesianos. Don Bosco, una vez
tomada la decisión de enviarlas, había encargado
en el mes de mayo de 1878 a don Pedro Ronchail que
acompañara hasta allí a Madre Mazzarello con otra
religiosa, para que viera la manera de acomodar
convenientemente a sus hijas. De las terciarias
franciscanas, llevadas por el abate Vincent,
habían quedado muy pocas y no se encontraban otras
que quisieran ir allí; además, el tifus había
hecho estragos entre los huérfanos: no quedaba más
que una monja para el cuidado de la casa, y
aquella recibió lo mejor que pudo a la Madre.
Desde la Navarre el padre Ronchail la acompañó a
Saint-Cyr. Allí, a seis kilómetros de la misma
ciudad, junto al mar, el abate Vincent había
adquirido un amplio edificio, denominado el
Castillo, donde había puesto un orfanato mixto. El
fundador habitaba siempre allí; pero, como no
podía continuar por falta de personal y de medios,
había cedido todo a don Bosco, a través del obispo
de Fréjus. Naturalmente no le gustó a la Madre
aquella mezcolanza de niños y niñas y propuso que
dejaran allí a éstas y que pasaran los muchachos a
la Navarre; pero siempre dejando ((**It13.726**)) todo a
disposición de lo que don Bosco quisiera hacer. Ya
se sabe qué pensaba don Bosco respecto a este
género de promiscuidad. Escribe el padre Juan José
Franco 1: <> Se hablaba precisamente de
escuelas y asilos mixtos. Cuando las Hijas de
María Auxiliadora se establecieron, en el 1880, en
Saint-Cyr, todo marchaba de la manera querida por
madre Mazzarello 2.
1 La Civilt… Cattolica, 1895, vol. I, pág. 171.
2 Véase, Apénd., Doc. 55.
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