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P. D. No olvides nunca que eres el padre de
todos y que debes obrar de modo que los lleves
todos a Jesús.
El abate Antonio Cauvin, a quien se nombra el
principio de la segunda carta, y que había sido
párroco en Nueva York, disponía de una discreta
fortuna, con la que pudo ayudar generosamente a
don Bosco. En 1875 le había prestado cincuenta mil
francos para la primera expedición de misioneros,
cantidad que luego le condonó por completo 1.
Murió en Niza el año 1902. En cuanto ((**It13.717**)) a la
autorización legal, de la que aquí se habla, don
Bosco ya la había pedido al Gobernador de Niza, en
el mes de junio 2; se ve que la petición
necesitaba valiosos protectores para ser atendida.
íEran tiempos difíciles aquéllos para los
religiosos en Francia!
Mi querido Ronchail:
1.§ Te envío la carta para el abate Cauvin, que
leerás para tu conocimiento: la metes, después, en
el sobre y la envías, diciéndole que la casa de
Niza y todas las demás rogarán por él.
2.§ Estudia la manera de hallar alguno que
hable por ti al Gobernador, y le haga observar que
nosotros somos ajenos a la política y que nos
dedicamos a recoger a muchachos a punto de crear
problemas a las autoridades públicas y que, en
general, están ya casi a las puertas de la cárcel.
Tenemos muchos chicos franceses recogidos en
nuestras casa de Italia y, para disminuir su
venida, abrimos casas en Francia. Quizás pueda
ayudarnos el diputado. Advierte también que en
todas las naciones hay una casa central, que
nosotros llamamos Inspectoría, etc.
3.§ Tenme al corriente de todo, saluda al señor
Barón y demás amigos, a todos
1 Don Bosco le agradece un donativo con esta
carta de octubre:
Benemérito D. Antonio:
A su tiempo recibí su atenta carta, que le
agradezco de corazón. Sin ninguna dificultad he
percibido la cantidad requerida de los hermanos
Banqueros Nigra, cuyo recibo le adjunto. Si
hubiera algo que modificar, no tiene más que
indicármelo. Siga dispensándonos su protección y
caridad, que yo pongo de buen grado la intención
de que todas las almas salvadas por los Salesianos
en Europa o en América, sean de un modo muy
particular según su pía intención y en favor de su
alma.
Que Dios le bendiga y le guarde; ruegue también
por mí, que con profunda gratitud seré siempre en
J. C.
Turín, 15 de octubre de 1878.
Seguro servidor
JUAN BOSCO, pbro.
2 Lo sabemos por esta declaración del alcalde
de Niza. <> Los Salesianos de don Bosco en
el Senado. pág. 7. Niza, impr. de la Soc.
industrial (1902).
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