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2.° La iglesia e internado de San Juan
Evangelista en Turín, muy cerca del templo,
escuelas y asilo de los protestantes. Los trabajos
están ya bastante adelantados y los muros se
levantan a varios metros sobre el nivel del suelo.
3.° En Vallecrosia, junto a Ventimiglia, se
formó en pocos años una población, en la que los
protestantes fundaron iglesia, escuelas, colegios,
y se convirtieron casi en dueños absolutos de la
educación de la juventud y de la instrucción de
los adultos.
A fin de poner un dique al error, que cada día
se extendía más, se alquiló, con el aliento y la
ayuda material del Padre Santo, un local, donde se
iniciaron unas escuelas para niños; en otro,
escuelas para niñas; y abrióse, después,
provisionalmente una iglesia para los adultos.
Cuatro salesianos y tres hijas de María
Auxiliadora trabajan allí, y, gracias a Dios, sus
esfuerzos produjeron su fruto, de modo que los
protestantes se vieron obligados a cerrar las
escuelas y conferencias, por falta absoluta de
alumnos y oyentes. Ahora se ha comprado un
terreno, donde levantar los edificios convenientes
para atender, de forma estable y decente, el culto
católico.
4.° En La Spezia, ciudad invadida por la
masonería y la herejía, aumentó en poco tiempo la
población, al extremo de que pasó de cinco a
veinticinco mil almas, y, además, como se
dedicaron a usos profanos algunas iglesias y
conventos, siguióse la dolorosa falta de clero, de
iglesias católicas, por lo que aquel campo
evangélico quedóse casi totalmente en manos del
enemigo de la fe. Habiéndose enterado el Sumo
Pontífice, invitó a los Salesianos a fundar allí
un centro para atender a la juventud. En el mes de
noviembre, se alquiló un edificio que sirve, en
parte, de iglesia y, en parte, de escuelas para
los muchachos ((**It13.708**)) y de
vivienda para cuatro Salesianos. El Santo
Pontífice entregaba donativos en las más graves
necesidades, cuando se acudía a él, para las
misiones extranjeras, para Ventimiglia, para el
colegio e iglesia de San Juan Evangelista en
Turín. Para La Spezia había él mismo fijado
quinientas liras mensuales.
Estas obras destinadas a sostener a los fieles
en la fe, no cuentan con gún medio económico, por
lo cual, corren mucho riesgo de decaer y no
alcanzar su finalidad. Humildemente las recomiendo
a la caridad de V. S., que es padre universal y
apoyo de los católicos que están en peligro.
Señalada así la situación de las cosas, me
postro a los pies de V. S. y pido la apostólica
bendición para estos nuevos institutos y los que
los dirigen.
Humilde s. s. e hijo
JUAN BOSCO, Pbro.
De América diremos algo más adelante; de San
Juan y de La Spezia hemos hablado. Ya había
expuesto las necesidades y dificultades de
Vallecrosia en una relación del mes de octubre de
1877 a Pío IX.
...Pero la ciudad de Ventimiglia necesita
todavía más, que la de La Spezia, la protección de
V. S. A poca distancia de esta ciudad, en una
amena llanura llamada Vallecrosia, se levantaron
en pocos años casas y centros industriales y
fabriles, de modo que, ahora, hay allí una gran
población. Los protestantes fueron los primeros en
establecerse en aquel centro: abrieron escuelas,
levantaron un templo, instalaron un internado,
todo en muy poco tiempo. A fin de levantar, al
menos, un muro contra la impiedad, el humildé
exponente, de acuerdo con monseñor Biale, de feliz
memoria,
(**Es13.602**))
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