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para obtener el cierre del Oratorio que él quería
tanto, ((**It13.704**))
recomendó vivamente a la caridad y prudencia de
don Juan Bonetti y, <>, que no se arredrasen ni privaran a Chieri
de tan gran beneficio, sólo por dichas
contrariedades, tramadas por el demonio; daba,
además, útiles informaciones a don Juan Bonetti y
le exhortaba a que guardara todas las cartas que
se habían escrito o se escribirían, por ambas
partes, en aquella controversia, para las
posibilidades futuras de cuestiones jurídicas. íUn
profeta no lo hubiera acertado tanto!
El 21 de diciembre sostuvo don Juan Bonetti una
audiencia con el Arzobispo, entendióse con don
Bosco y propuso al canónigo Lione, vicario foráneo
de Chieri, un acuerdo, después de darle a conocer
las facultades pontificias, a las que no se podía
renunciar 1. El acuerdo era que, si las funciones
religiosas se hacían en el Oratorio a la misma
hora de las instrucciones parroquiales, se
excluyera a las muchachas mayores y a las más
pequeñas se las dejara en libertad de asistir a
donde ellas quisieran. El plan fue rechazado por
el vicario; y después, el vicario y el párroco
ordenaron que fueran echadas del Oratorio todas
las muchachas con más de trece años.
Pero >>no eran precisamente las mayores las más
necesitadas de recibir una instrucción conveniente
y estar apartadas de los peligros durante los días
festivos? Los dos canónigos respondieron a tan
obvias observaciones de don Juan Bonetti:
-Si estas jóvenes se portan mal, no tiene usted
ninguna responsabilidad.
Con semejante lógica, no era posible
entenderse. Lo que sucedió se verá a su tiempo.
Aquí los lectores deben saber dos cosas: que el
canónigo Oddenino, experimentado sacerdote y de
conducta ejemplar, estaba intoxicado de ideas
jansenistas, que le habían imbuido durante su
formación eclesiástica, y que le instigaba a
persistir en la lucha el teólogo Tamagnone,
párroco de san Jorge de Chieri, ((**It13.705**)) el
cual como afirma el reverendo Notario que le
conoció, era un escrupuloso muy conocido en la
curia.
Al empezar el curso escolar 1878-79, la casa de
Chieri, lo mismo que la de Nizza Monferrato, abrió
las puertas a un grupo de colegialas internas. Se
publicó el prospecto con el aviso de que las
peticiones se podían dirigir a la directora del
colegio y a don Bosco 2. Así respondía él al
hostigamiento, dando a la obra mayor eficiencia.
1 Véase: Apéndice, doc. 53, A, B, C, D, E.
2 Bolletino Salesiano, septiembre de 1878.
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