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((**Es13.60**) aprobado por la Santa Sede. Manténgase el hábito, el nombre, el fin y todas las Reglas necesarias para alcanzar la finalidad de los conceptinos. Esta fue siempre mi manera de ver para asegurar una existencia segura, que no se aparte de la observancia de sus propias Constituciones. Me parece ser éste el sentido del Rescripto del 17 de noviembre de 1876. En el caso en que, como nota V. E., se quisiera mantener firme la regular y ((**It13.60**)) distinta existencia del Instituto y la continuación del servicio en los actuales establecimientos, creo conveniente se ponga como base que una persona, de la plena confianza de Su Santidad, asuma esta administración tanto en lo espiritual como en lo temporal. Y sea ella la responsable de todo. Los salesianos, por su parte, serían capellanes, e irían únicamente al Instituto para ejercer su ministerio religioso, sin injerirse en las cosas internas. En esta segunda hipótesis los salesianos pueden ser dirigidos y, cuando fuese necesario, corregidos por su superior, que podría ejercer libremente su autoridad y tener seguridad de que aquéllos cumplan sus deberes. Me alegro ahora poderle comunicar que don José Scappini se ha repuesto algún tanto y ha vuelto aquí a Turín. El cree que podrá encontrarse en Roma, y por consiguiente con V. E., antes de terminar este mes o, a más tardar, a primeros de septiembre. Yo le daré todas las facultades especialmente con V. E., hacia quien guardamos todos afecto y confianza ilimitada. Creo que podrán resolver personalmente todas las dificultades que puedan presentarse al caso. Iré pronto yo mismo, pero ando un poquito delicado de salud y, aunque puedo trabajar algo en cosas de escritorio, sin salir de la habitación, no puedo ponerme en viaje. V. E. por su parte hágame esta gran caridad: déme su santa bendición y ruegue también por mí y por esta nuestra congregación, para que en la multitud de cosas que la Divina Providencia nos presenta y quiere que hagamos, podamos elegir y llevar a cabo las que son para mayor gloria de Dios. Por nuestra parte, dentro de nuestra pequeñez, no dejaremos de elevar a Dios especiales oraciones por la preciosa conservación de V. E., de quien tengo el alto honor de poderme profesar en N. S. J. C. Turín, 18 de agosto de 1877. Su atto. y s. s. JUAN BOSCO, Pbro. Mas no eran del mismo parecer monseñor Fiorani ni el cardenal Randi, contrarios los dos a la injerencia de los salesianos en la dirección de los conceptinos. Don José Scappini, ya recuperado, estaba a punto de partir y había avisado al hermano Monti, cuando éste, en nombre de monseñor Fiorani, le escribió que no se moviera, pues tal vez sería inútil su vuelta. Cuando el Siervo de Dios recibió esta noticia quedó estupefacto. Suplicó sin tardanza al Cardenal que tuviera a bien explicar el enigma 1. Así supo ((**It13.61**)) que la reforma de los conceptinos sería confiada temporalmente a eclesiásticos de Roma bajo la dependencia del Cardenal Vicario. El cardenal Randi reprobó la apresurada comunicación, hecha 1 La carta del Beato fue escrita el 19 de septiembre; pero no poseemos el texto.(**Es13.60**))
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