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si la encuentra convenientemente adornada y
preparada, pueda bendecirla de acuerdo con las
fórmulas prescritas por la Santa Iglesia.
Tiene el honor de profesarse,
De V. E. Rvma.
Turín, 19 de mayo de 1878.
Su atto. y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
El Arzobispo escribió al dorso de la solicitud:
<>.
El correspondiente decreto lleva fecha del 29 de
junio 1. El Arzobispo, después de alabar el celo y
la piedad de ((**It13.702**)) don
Bosco, le concede todas las facultades necesarias,
pero a condición de que todo se haga a plena
satisfacción del Superior Eclesiástico local. El
20 de julio este superior eclesiástico local, que
era el canónigo Oddenino, bendijo, por mandato del
Ordinario, la capilla de Santa Teresa, arreglada
por don Bosco en la propia casa, y el 10 de agosto
concedió el Ordinario la facultad de impartir allí
la bendición con el Santísimo Sacramento <>, con tal de que se tuviese el consentimiento
del párroco de Santa María de la Escala.
Autorizaciones, limitaciones, consentimientos
totalmente fuera de lugar, porque, como debía
saber, la Santa Sede había concedido, con un Breve
especial del 12 de septiembre de 1876, estas
facultades para siempre en todas las iglesias y
oratorios públicos pertenecientes a los Salesianos
2. Pero don Bosco dejó correr las cosas.
Las Hijas de María Auxiliadora entraron en la
casa el 28 de junio. Por orden de don Bosco, don
Antonio Sala acompañado de sor Elisa Roncallo, del
Capítulo Superior, había hecho los necesarios
arreglos. Para la dirección espiritual, eligió el
Beato a don Juan Bonetti, disponiendo que fuera
allí los sábados por la tarde. El buen Padre quiso
hacerlo todo en regla. Por eso entregó al enviado
una inteligente carta de nombramiento. Era,
además, una manera de afirmar la parte de
jurisdicción que canónicamente le correspondía.
1 Véase: Apéndice, doc. 52.
2 Véase volumen XII, pág. 570.
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