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Es probable que esta instancia pasara al
Cardenal Vicario, a quien directamente
correspondía resolver las necesidades espirituales
de la Ciudad eterna; en breve veremos el
fundamento ((**It13.652**)) de
esta probabilidad. Cuatro meses más tarde, la
Unit… Cattolica, en su número del 3 de agosto,
daba a conocer en Turín la instrucción dirigida
por el Cardenal Vicario, por orden del Papa, a los
párrocos de Roma, sobre los conatos de la herejía
en la capital del catolicismo. <>. Estos
lamentos conmovieron mucho más el corazón de don
Bosco, el cual tomó la pluma y escribió al
Cardenal Vicario una carta muy positiva.
Eminencia Reverendísima:
Unos meses atrás, cuando tuve el honor de
hablar con V. E. Rvma., a la vista de los peligros
cada vez mayores para los pobres muchachos, me
animaba V. E. con paternal bondad a estudiar la
manera de abrir un hospicio en Roma, a fin de que
los Salesianos prestasen también su humilde
colaboración en defensa de la capital de los
católicos, asaltada, o mejor, invadida por tantos
enemigos.
Se apreciaba, además, la necesidad de hacer
algo para mitigar las tristes consecuencias que se
derivan de la dispersión de las Ordenes
Religiosas, y del esfuerzo que hacen los
protestantes para asaltar y combatir la religión
en su propio centro, donde reside la cabeza
suprema de la Iglesia.
Estaba meditando continuamente la manera de
realizar el soñado proyecto, cuando su última
áurea circular avisaba a los católicos para que
velaran sobre sí mismos, a la par que ponía de
manifiesto el progreso que el error va haciendo
con perjuicio de la verdad.
Este estado de cosas me ha conmovido
profundamente y me ha determinado a poner algunos
Salesianos a la plena disposición de V. E. No
harán grandes cosas, pero mostrarán, al menos, su
buen deseo de trabajar, y donde se les necesite,
sacrificarlo todo, hasta la misma vida, en defensa
de nuestra santa religión católica.
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Someto, por tanto, al iluminado conocimiento de V.
E. mi punto de vista.
Los Salesianos que están en Albano tienen un
campo muy limitado. Son doce maestros, dotados de
su diploma, para treinta y cinco alumnos, entre
seminaristas y externos. Yo pondría, por tanto,
todo este personal o parte de él a disposición de
V. E. Válgase de él para la enseñanza o para el
sagrado ministerio, como crea que conviene para la
mayor gloria de Dios y salvación de las almas.
(**Es13.557**))
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