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mandato de la Santa Sede)>>. Entonces el
Arcipreste, con algún apoyo del obispo, monseñor
Plácido Pozzi, envió a la Sagrada Congregación de
Obispos y Regulares una súplica, en la cual,
después de exponer el estado de la cuestión y
declarar que don Bosco aceptaba el uso y el
cuidado del Santuario, ((**It13.641**))
dejando la nuda propiedad al Municipio, y que se
conformaría totalmente con las decisiones de la
Santa Sede, aseguraba que éste era <>. La respuesta, con fecha del 11 de
diciembre de 1877, firmada por el cardenal
Ferrieri, autorizaba al Obispo a conceder pro suo
arbitrio et conscientia (según su arbitrio y
conciencia), reclamando las declaraciones de
costumbre y prohibiendo la apertura de un colegio
en el convento, y sólo concediendo que habitasen
en él alumni Congregationis Salesianae dumtaxat
(los alumnos de la Congregación Salesiana
solamente) para la custodia y culto de la iglesia.
Era bien poca cosa todo ello. El Obispo temía
que un centro salesiano pudiera perjudicar su
Seminario menor. Aludiendo a tales disposiciones
de su Excelencia, había escrito el Arcipreste a
don Bosco 1: <>. Alguien pensó
que dichas molestias desaparecerían de un golpe
con la venta 2. Pero don Bosco, al ver cómo
marchaban las cosas, se iba enfriando en la
empresa. El Arcipreste, en cambio, no cedía. En
julio de 1878 provocó un segundo decreto de la
Sagrada Penitenciaría, cuyo contenido conocemos
vagamente a través de esta carta del Obispo:
Muy respetable señor don Bosco:
Se me ha presentado esta mañana, por medio del
señor Arcipreste de Farigliano, un rescripto de la
Sagrada Penitenciaría, del 24 de julio próximo
pasado, en el que se me concede facultad
indulgendi con V. S. iuxta petita, que plenamente
conoce.
Tengo también presentes otras cartas de V. S.
del año pasado en las que se complacía en
asegurarme las intenciones que tenía respecto a la
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petición que nos referimos. Ahora, dispuesto a
secundar lo ordenado por la Sagrada Penitenciaría,
necesitaría dos cosas: 1.°, que V. S. me
comunicara el rescripto que emanó sobre la misma
materia el pasado año, pues me dice que quedó en
sus manos; 2.°, que se sirviera comunicarme en
términos precisos qué es lo que piensa establecer
en el
1 Carta, Farigliano, 18 de septiembre de 1877.
2 Carta del señor Occelli a don Celestino
Durando. Farigliano, 18 de enero de 1878.
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