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a don Bosco ante el clero; mas, por su parte, don
Bosco lo siente mucho>>. Solamente la segunda
parte de esta cita tiene valor para nosotros.
Si resultaba tan difícil hablar en Turín sobre
la conferencia de Roma, nada podía impedir que se
celebrase también allí una conferencia semejante a
la de Roma; más aún, no había después de Roma
ningún otro lugar más indicado. Sucedía esto en
aquellos meses en los que parecía asomarse un iris
de paz entre el Arzobispado y el Oratorio. La
fiesta de María Auxiliadora era ocasión propicia
para convocar a los Cooperadores. El Beato los
citó para el 16 de mayo ((**It13.623**)) en la
iglesia dedicada a San Francisco de Sales. La
invitación, impresa, decía así:
CONFERENCIA
DE LOS COOPERADORES SALESIANOS
EN TURIN
16 de mayo de 1878
Beneméritos Señores Cooperadores y
Cooperadoras:
De acuerdo con las prescripciones de nuestro
Reglamento (Cap. VI, art. 4.°) se deben celebrar
todos los años dos conferencias, allí donde el
número de cooperadores lo permita. Con el vivo
deseo de que la primera Conferencia, que se da en
Turín, se celebre bajo los auspicios de María
Auxiliadora, se ha elegido el día 16 de este mes,
que es el segundo de la Novena de preparación a la
fiesta de la Santísima Virgen Auxiliadora de los
Cristianos, que se celebrará el día 24 con toda
solemnidad.
Ruego por tanto a todos los Cooperadores y
Cooperadoras hagan lo posible por asistir.
Mientras les doy las gracias de todo corazón,
ruego a Dios les colme con sus celestiales
bendiciones, y tengo el honor de profesarme.
Turín, 10 de mayo de 1878.
Vuestro atto. y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
A continuación del <> había siete advertencias. Las dos
últimas eran éstas: <<6. El Sumo Pontífice concede
indulgencia plenaria a todos los que asistan a
esta conferencia. 7. La colecta será en favor de
la iglesia de San Juan Evangelista, y para
socorrer a los misioneros salesianos de América,
que lo necesitan mucho>>.
A las tres de la tarde del día señalado había
en la iglesita, bellamente engalanada, casi
doscientas cincuenta personas. La asamblea era
distinta de la de Roma: no se componía de selectos
personajes, sino que allí se hermanaban
representantes de las diversas clases sociales.
Una
(**Es13.533**))
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