((**Es13.507**)
Aún sin cumplirse su deseo, de que asistiese
uno de los Príncipes de la casa de Saboya, envió
el Beato al conde Cays a invitar al alcalde
Ferrari, el cual se creyó en el deber de dar
cuenta de ello a la Junta Municipal. <((**It13.591**)) el
celo con que V. S. trabaja por las clases más
necesitadas de instrucción y educación; y, sin
valorar el resultado que de ello pueda venir para
el mejoramiento de la instrucción, todos alaban la
actividad con que realiza sus ideas. La
administración municipal, que debe mantenerse
dentro de la esfera de su propia actividad,
aplaude la iniciativa privada sin obstaculizarla,
ni prestarle alicientes que pudieran hacerla bajar
de su altura>>.
No parece, pues, que al Alcalde le gustara
tomar parte, y mucho menos presidir una función
que, por ser conspicua, no necesitaba ciertamente
ninguna ayuda. Visto, por tanto, que el alcalde se
lavaba diplomáticamente las manos, para no
obstaculizar ni animar, don Bosco comunicó al
Arzobispo, como respuesta a su carta del 20 de
julio, sobre el asunto del Boletín:
Excelencia Reverendísima:
El señor Alcalde de Turín, tras una regular
espera, me escribe que no puede asistir a la
colocación de la piedra angular de la iglesia de
San Juan Evangelista.
He invitado a asistir y aceptó al señor José
Ceriana, banquero. La función se celebraría el
próximo lunes, día 12 del mes corriente, a las
diez de la mañana. A dicho señor le vendrían bien
esa fecha y hora, pero cambiaría también el
horario, si fuere menester. Ahora bien, si V. E.
entendiese venir a realizar la función, daría a
todos una gran alegría, y yo se lo suplico
humildemente. Si, por azar, V. E. no pudiese o no
creyese luego oportuno venir, yo mismo haría la
bendición, de acuerdo con la facultad que tuvo la
bondad de concederme en su carta del 21 de julio
último. En el caso de que V. E. nos favoreciere
con su presencia, ruégole me indique adónde podría
enviar un carruaje para recogerle.
He comunicado el deseo de su carta al Redactor
del Boletín, tal y como me había escrito y, como
he recibido respuesta confidencial,
confidencialmente se la transmito, no porque yo la
apruebe, sino únicamente para recíproco
conocimiento.
Le agradezco de corazón la benevolencia que
promete a nuestra pobre Congregación, y puedo
asegurar a V. E. que nosotros pondremos en juego
todos los medios posibles para no desmerecerla.
Yo no pido nada más que ser considerado lo
mismo que lo son las demás congregaciones
eclesiásticas de esta ciudad. Un favor que sí le
pediría es que s sacerdotes, especialmente los
directores de las Casas, cuando se han examinado
de Confesión, en otras partes, y ejercido ((**It13.592**))
durante varios años el sagrado ministerio, sean
exonerados de un nuevo examen aunque fueran
trasladados a cualquier otra Casa de la diócesis
de Turín. Digo esto para manifestar un deseo mío,
pero quedaré igualmente contento, con lo que V. E.
disponga.
El próximo día 10 de este mes, dedicado a San
Lorenzo, día onomástico de V. E.,
(**Es13.507**))
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