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aquellas facilidades, pero que durarían hasta el
31 de mayo de 1878, mas sin sobrepasar la cantidad
fijada. El 24 de abril de 1878 don Bosco renovó la
instancia para que se le redujera la tarifa de
transportes por encima de aquellos límites, pero
de nuevo la respuesta fue negativa.
Convocó también en su ayuda a los sacerdotes,
proponiéndoles que celebrasen misas según su
intención y cediéndole la limosna. Con este fin, y
en ocasión de la fiesta de María Auxiliadora y
después con las debidas modificaciones
cronológicas y la solemnidad de la Asunción,
dirigió la siguiente circular a muchos sacerdotes:
Benemérito y M. Rvdo. Señor:
Para facilitar la manera de cooperar a la
construcción de la iglesia e Instituto de San Juan
Evangelista, algunas piadosas personas ofrecen un
número notable de misas a celebrar por algún
benévolo sacerdote que quiere conceder su limosna
para este fin.
Si, por consiguiente, V. S. o cualquier otro
sacerdote de su conocimiento pudiera y quisiera
prestarse a tan caritativa llamada, no tiene V. S.
más que indicarme el número de misas que se
encarga de celebrar durante el espacio de un año,
esto es, desde el 22 del corriente mes de mayo
hasta el 24 del mismo mes de 1879.
Agradezco a V. S. su caritativa colaboración y,
rogando a Dios le pague generosamente su celo,
tengo el honor de profesarme con profunda
gratitud.
De V.S.B.
Turín, fiesta de M. Aux., 1878.
Su atto. y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
((**It13.588**))
Naturalmente también el Boletín cumplía su papel
mensualmente. Por eso, en el número
correspondiente al mes de julio, presentó,
ocupando dos páginas contiguas, el proyecto de la
iglesia y del hospicio: fue la primera ilustración
que adornó las páginas de la revista.
Quedaba todavía una ceremonia por cumplir: la
colocación solemne de la primera piedra. Don Bosco
había pensado inmediatamente en ello después de su
llegada a Valdocco; y, por eso, escribió entonces
al conde Eugenio De Maistre:
Muy querido señor Conde Eugenio:
Precisamente ayer, por la tarde, llegué de
Génova; hoy he podido pasar parte de la jornada
levantado y puedo decir que me encuentro mucho
mejor.
Me ha satisfecho inmensamente saber que la
señora Duquesa se encuentra mejor. Deo gratias.
Toda esta casa sigue orando para alcanzar de Dios
su perfecta curación.
(**Es13.504**))
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