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Eminencia Rvma.:
Agradezco de todo corazón la carta que V. E.
Rvma. se ha dignado dirigirme, ya que con ella me
ofrece oportunidad para dar aclaraciones, sin las
cuales seguiría realmente cambiado el estado de
las cosas en ella expuestas.
Según ella, debo ser culpado de haber hecho una
llamada a los fieles de la diócesis de Turín, para
levantar un monumento al llorado Pío IX con
ocasión de otra llamada precedente, y sin
autorización superior. Tenga la bondad de
autorizarme algunas aclaraciones:
1.¦ La iglesia de San Juan Evangelista es un
monumento destinado a la gloria de Pío IX que se
comenzó hace muchos años. Ya en 1870 me enviaba el
eminentísimo cardenal Antonelli una carta de
aliento, en nombre del Padre Santo, en la que
bendecía a los donantes y hacía su primer regalo
de dos mil liras, anotando que Su Santidad
cooperaba a aquel edificio por tratarse de
levantar un dique a los protestantes, que en aquel
barrio han levantado un hospicio, sus escuelas y
un templo al error. Por consiguiente, el comienzo
de aquella iglesia es muy anterior a la llamada
del Arzobispo de Turín.
2.¦ Ese edificio se empezó con el
consentimiento de la autoridad arzobispal; es más,
el abajo firmante fue directamente invitado,
animado, añadiendo una viva recomendación a los
fieles para excitarlos a acudir en ayuda de la
obra proyectada.
3.¦ El Boletín Salesiano no se imprime en
Turín, sino en San Pier d'Arena, pero con
aprobación de aquel Arzobispo, que con su gran
caridad aprueba y recomienda a los pobres
muchachos de nuestras casas.
4.¦ En aquel número no se hace ninguna llamada
a los fieles, como querría hacerse creer, sino
únicamente a los cooperadores salesianos, nombre
con el que se comprenden todos los bienhechores
ordinarios de nuestras casas de Italia, Francia y
América.
5.¦ Ha de advertirse que, por culpa de la
oposición de un alto personaje, la obra de los
cooperadores está muy limitada en la archidiócesis
de Turín.
Por estas aclaraciones puede fácilmente V. E.
advertir que todo se hizo con aprobación y
recomendación del Padre Santo y de la autoridad
eclesiástica local, que la llamada en cuestión es
muy anterior a la del Arzobispo; que va dirigida
solamente a los cooperadores, que no son muchos en
la diócesis de Turín; que el Boletín Salesiano se
imprime con aprobación de la autoridad arzobispal
de Génova, y que se difunde solamente entre
nuestros bienhechores, a quienes se da cuenta de
lo que se hace, a fin de que, viendo el fruto de
su caridad, acudan más ((**It13.581**)) a
gusto en su ayuda. Y, como ya muchas veces ha
habido molestos incidentes, por causa de malos
entendimientos, así ruego calurosamente a V. E.
tenga a bien comunicarme en otras ocasiones todo
lo de este género que, por casualidad, fuere
referido a V. E. Rvma.
Muy agradecido y con plena veneración, tengo el
alto honor de poderme profesar,
De V. E. Rvma.
Turín, 8 de mayo de 1878.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
No tardó mucho en llegar a don Bosco una
amonestación del Cardenal Prefecto de los Obispos
y Regulares. Una frase de su carta,
(**Es13.498**))
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