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CAPITULO XVIII
LA IGLESIA DE SAN JUAN
EVANGELISTA,
MONUMENTO A PIO IX
EL día de la colocación de la piedra fundamental
de esta iglesia fue, sin duda, un día hermoso para
don Bosco. Se habían requerido doce años de
preparación. Es verdad que la idea de construir en
la Avenida del Rey una iglesia dedicada a San Juan
Evangelista sólo tenía origen en el 1869; mas,
para lograr la adquisición del terreno necesario
para el desarrollo del oratorio de San Luis, se
afanaba desde varios años antes. Era, además, su
intención honrar con aquel edificio sagrado a la
persona de Pío IX, que había recibido en el
bautismo el nombre del apóstol predilecto, y a
quien don Bosco se sentía tan ligado; sin embargo,
no hizo público su pensamiento hasta después de la
muerte del gran Pontífice. Una prueba de que este
su deseo fue anterior a la muerte del Papa es que
en 1877, habiendo encontrado un bienhechor
dispuesto a pagar la puerta principal, encargó al
profesor universitario José Boidi, de Castellazzo
Bormida, que la dibujara, ornamentándola con los
emblemas representativos de las gestas de Pío IX.
El arquitecto, el conde Eduardo Arborio Mella,
denodado mantenedor de la arquitectura sacra
medieval, diseñó una iglesia en estilo románico
lombardo del 1200. Debía ocupar una superficie
rectangular de casi sesenta metros de larga, por
veintidós de ((**It13.575**)) ancha,
dividida en tres naves, con la central el doble de
ancha y alta que las otras dos. La superficie
libre de la iglesia era de mil cien metros
cuadrados para poder contener cómodamente a dos
mil quinientas personas. La fachada debería llevar
el campanario en el centro, con una altura de
cuarenta y cinco metros. Junto a la casa del
Señor, don Bosco quería un internado, que pudiera
ser sucursal del Oratorio, para dar cabida a
trescientos alumnos internos, pero con locales a
propósito para oratorio festivo y escuelas
dominicales, diurnas y nocturnas durante los días
laborables, en favor de los muchachos del barrio,
siempre asediados por los Valdenses, que tenían su
templo a corta distancia.
>>Con qué medios se proponía el Siervo de Dios
llevar a término la costosa empresa? Su fe los
esperaba de la divina Providencia y de la
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