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y las paredes de escaleras, corredores, etc. 5.°
Suspender ((**It13.566**)) todo
ingreso de alumnos hasta el otoño próximo. 6.°
Aumento de tres empleados para la limpieza de
dormitorios, aulas, comedores, escaleras, etc.>>
Las autoridades no pretendieron nada más.
Se esperaba, por consiguiente, que volviese la
comisión sanitaria para comprobar los remedios
adoptados; pero, he aquí que el día 13 de mayo
llegaba una orden gubernativa con el cierre del
Oratorio, por cuanto resultaba que, después de una
segunda visita, no se había hecho nada de nada.
Don Bosco, se encontraba, pues, en esta ocasión en
condiciones favorables para responder.
Ilmo. señor Gobernador:
Con gran sorpresa he recibido la comunicación
de la visita sanitaria, que se dice haber hecho a
este centro.
De acuerdo con el informe de la misma, se
habrían advertido varios desórdenes, sin que se
hubiera resuelto ninguno, de acuerdo con los
remedios que la respetable comisión había
propuesto y, en consecuencia de lo cual, se me
impone el cierre de este caritativo centro.
Ruego respetuosamente a V. S. se digne admitir
que, después de haber recibido su anterior
circular, no se hizo ninguna otra visita sanitaria
a esta casa; que si los señores de la comisión
hubieran vuelto, como ellos dicen, habrían
comprobado que los remedios propuestos por ellos
han sido realizados, dentro de lo posible.
Los remedios propuestos y realizados son:
(véase arriba). Por lo demás, creo poder asegurar
a V. S. que siempre tuvo muy en cuenta este
Instituto cooperar al bien público sanitario,
material y moral, y lo hará siempre en lo
porvenir, en tanto en cuanto puede hacerlo una
casa sin rentas de ningún género, y que recibe
gratuitamente a muchachos pobres y abandonados.
Espero encontrar en V. S. el benévolo apoyo que
siempre he tenido en la autoridad hasta el
presente, mientras me cabe el alto honor de
poderme profesar,
De V. S. Ilma.
Turín, 14 de mayo, 1878
Atto. y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
Mientras el Gobernador, preocupado, dilataba la
respuesta, el Beato, para asegurarse de
desagradables sorpresas, buscó un especialista de
enfermedades de los ojos, para que asumiera la
vigilancia sanitaria de los muchachos, hasta que
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hubiera desaparecido toda huella de conjuntivitis;
y lo encontró en la persona del joven doctor
Losana, a quien escribió:
(**Es13.486**))
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