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-No temas; arrodíllate, toma en tus manos la
medalla de la Virgen. Vamos, reza conmigo.
Y el jovencito era uno de los que yo conozco>>.
Un segundo telegrama del día 23, anunció que
don Bosco se había puesto de viaje y que llegaría
a Turín por la tarde. En un santiamén los
muchachos enloquecieron de alegría: <>. Los músicos corrieron a
ensayar unas piezas y los cantores a preparar un
himno; otros montaron algo de iluminación. Todos
estaban persuadidos de que habían logrado el
milagro con sus oraciones. Realmente, aunque la
curación no fue inmediatamente perfecta, había
sucedido instantáneamente; el médico mismo no se
esperaba tanto.
Cuando don Bosco le dijo a Enría que le
preparase la talega de viaje para el día 23, antes
de las ocho de la mañana, quiso éste con afectuosa
sencillez disuadirlo de partir, porque aún no
estaba del todo curado y no podría resistir tan
largo viaje en tren.
-Tranquilo, le dijo el Beato, yo ((**It13.550**)) estoy
bastante fuerte. Soy de <> 1 y íde la dura!
íEl Señor y la Virgen María me ayudarán! Te
agradezco tus afectuosas atenciones; ruega por mí:
no te olvidaré nunca.
Se levantó de madrugada y quiso celebrar la
misa en un altar provisional, en una habitación
contigua a la suya. Se dirigió a la estación en
compañía de don Miguel Rúa y don Pablo Albera:
había hecho la mitad del camino, cuando el tren
llegó a la estación. Enría, que había ido con
antelación para sacar los billetes, rogó al jefe
que hiciera lo posible para que don Bosco pudiera
partir.
-Por don Bosco haré cuanto yo pueda, respondió
el atento empleado.
Corrió en seguida Enría hacia don Bosco para
darle prisa.
El tren esperó seis o siete minutos, sin que se
oyeran las acostumbradas protestas; más aún, se
corrió la voz de que llegaba don Bosco y muchos de
los pasajeros se asomaron a las ventanillas para
verle.
Cuando él llegó, acompañado por el jefe de
estación y sus hijos, le miraban con respeto y
admiración.
Narramos, también, este otro episodio,
anticipándonos al tiempo. Un mes más tarde fue
Enría a Turín. Viole don Bosco, le saludó
paternalmente y le dijo:
-Mira, hace varios días que deseo escribirte,
pero nunca tengo
1 <>, en piamontés, quiere decir
<>.
(**Es13.471**))
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