((**Es13.462**)
-Me parece el mismo sueño.
En los sueños de don Bosco hay a veces
indicaciones proféticas; con todo, hay que
desconfiar de las interpretaciones apresuradas, ya
que a veces las cosas predichas se realizan en un
plazo largo. Si los mismos profetas no comprenden
siempre todo el significado de las propias
profecías, >>qué diremos de sus comentaristas? En
la última parte de nuestro sueño quedó en el
misterio hasta hace pocos años aquel escuadrón de
jovencitos que manejaban instrumentos de labranza
y que se transformaron en clérigos y sacerdotes;
esto no dejaba de ser un enigma. Hubo varias
tentativas de explicación, al decir que don Bosco
vio bajo este simbolismo las vocaciones que
habrían de salir de entre aquellos muchachos; pero
esta aclaración no era muy satisfactoria, por ser
poco precisa ante la realidad de la
representación. En cambio, cuando sin que nadie
pensase ((**It13.539**)) en el
sueño, se determinó instituir en La Navarre los
Hijos de María y después el Noviciado, entonces
comenzó a perfilarse el significado auténtico de
esta parte del sueño. El primero en llamar la
atención sobre esta circunstancia fue don Antonio
Candela, Consejero del Capítulo Superior, en otoño
de 1929, cuando, al imponer el hábito talar a un
grupo de veinte aspirantes allí preparados o
concentrados de otros puntos, señaló el grupo de
los muchachos y la consiguiente transformación
prevista por don Bosco más de cincuenta años
antes.
Volvamos al viernes 5 de abril de 1878. El
Obispo y don Bosco determinaron aquel día las
líneas generales de la obra. Pero del dicho al
hecho hubo que recorrer un trecho cubierto de
espinas, cuyos resultados veremos pronto. Las
dificultades se complicaban con otras tres
fundaciones, ya puestas sobre el tapete, a saber:
el orfanato de Saint-Cyr, fundado también por el
abate Vincent, una casa de grandes proporciones en
Cannes, y la fundación de Marsella, en la que
también se imponían unos principios proporcionados
a la importancia de la ciudad.
Monseñor Terris se interesaba, así mismo, por
Saint-Cyr; en efecto, hemos visto por la
correspondencia anterior que ya trataba de ello
con él, a través de don José Ronchail. Con la
rápida adhesión del Siervo de Dios, después del
sueño, había supuesto el Obispo que el próximo
curso 1877-78, estarían dispuestos a ir los
salesianos, por lo que, con el adelantarse del
otoño, le entró cierta zozobra, que le hacía
multiplicar sus insistencias a Turín y a Niza. Don
José Ronchail escribió a don Bosco entre octubre y
noviembre: <(**Es13.462**))
<Anterior: 13. 461><Siguiente: 13. 463>