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El, que no sabía nada de esta elección tomada por
los Superiores, se hacía a todo el domingo 31 de
marzo, para lograr que la llegada de don Bosco se
celebrase con la mayor solemnidad posible. Aquel
día tuvo que predicar dos veces, por estar enfermo
el director; por la tarde se cansó demasiado con
una representación teatral para cerrar alegremente
la fiesta. Todo resultó a satisfacción del buen
Padre; pero, a su pesar, fue aquél el último
esfuerzo de don Juan. A la mañana siguiente se
encontraba tan fatigado que prolongó el descanso.
El martes tenía que ir don Bosco a Fréjus, cuyo
obispo deseaba se estipulara el contrato de las
casas de La Navarre y de Saint-Cyr. Don Juan
Ronchail encargó que le dijeran que el cansancio
no le permitía levantarse. El Beato partió
tranquilo. Las personas que debían reunirse en
Fréjus para el contrato, no habían sido avisadas
con tiempo, por lo que hubo que trasladarlo al
viernes siguiente. Entonces don Bosco siguió viaje
hacia Marsella.
Allí, después de las dos visitas anteriores del
Beato, la idea de una fundación salesiana iba
adelante, aunque todavía no en la dirección
precisa que debía tener. Se había determinado
exactamente la forma:
el canónigo Guiol, a la vuelta de su viaje a
Turín, en mayo de 1877, ya no se conformaba con un
simple oratorio festivo para su parroquia, sino
que quería una obra semejante a la que había
admirado en Valdocco. Monseñor Place pensaba igual
y así se entrevió el procedimiento a seguir para
convertir la idea en realidad. Existía en Marsella
una sociedad llamada Beaujour, constituida por
excelentes católicos y cuya finalidad era la de
ayudar a instituciones benéficas en favor de la
juventud abandonada; ella se encargaba de la
propiedad de los inmuebles y su uso frente a las
exigencias legales del Gobierno. El Obispo, que
siempre estaba al parecer del abate Guiol para que
las cosas fueran rápidas, trató por su medio con
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consejo de administración de la Sociedad, en
agosto de 1877 y con buenos resultados 1.
La sociedad, situada en la calle de la que tomó
el nombre, poseía una hilera de casas, en las que
los Hermanos de las Escuelas Cristianas tenían
unas escuelas elementales para los hijos de
obreros pobres y un internado para aprendices. Era
la casa que se llamaba Maison Beaujour. El primer
pensamiento del párroco de san José fue ver la
posibilidad de substituir a los Hermanos por los
Salesianos. Habló de ello con su Visitador y no
encontró ninguna resistencia. Comunicó todo a don
1 Actas de la Sociedad Beaujour, 17 de agosto
de 1877. Nos servimos a continuación de los datos
que el P. Federico RiviŠre pudo sacar del registro
donde se conservaban las actas de la Comisión
administrativa de la Maison Beaujour,
especialmente las de las fechas 4 y 11 de agosto,
22 de septiembre y del 6 al 27 de noviembre de
1877.
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