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ante las Congregaciones Romanas; había sido además
muy discutido su comportamiento con ocasión de la
muerte del Rey y el Papa: no le faltaban razones
para ir, sin necesidad de añadir otras cuestiones.
Sin embargo, apenas volvió a su sede, escribió al
dominico padre Tosa, consultor de Obispos y
Regulares, proponiéndole ((**It13.507**))
algunas cuestiones que se referían a don Bosco y
de las que parece se había ocupado en Roma, pero
dejando las cosas sub iudice; de manera que la
carta se diría inspirada por la preocupación sobre
el éxito de la discusión. Su abogado Menghini ya
había aconsejado a Monseñor, tres meses antes, que
escribiera al padre Tosa 1: <>.
Poseemos, por suerte, la respuesta del
Consultor al Arzobispo 2; ésa toca tan al vivo la
cuestión y pone tan a las claras los puntos
esenciales, que interesa para la historia darla a
conocer a los lectores.
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Excelencia Rvma.:
Respondo a la veneradísima carta que V. E. me
escribió después de su vuelta a Turín; y cumplo
esta mi deuda con mucho gusto, puesto que espero,
que una más explícita declaración de alguno de los
puntos que V. E. me señaló pueda contribuir
1 Carta del 29 de diciembre de 1877. El
original está en poder del teólogo Franchetti. En
1878 no encontramos ninguna pista de relaciones
personales o epistolares entre don Bosco y
Menghini; su abogado es don Constantino Leonori.
El buen Fratejacci había muerto el 3 de septiembre
de 1877. <>, le escribía
(30 octubre 1877), el cardenal Consolini,
respondiendo a una carta del 18. Se ve que, en
aquella carta de negocios, don Bosco se había
referido a la pérdida del querido Monseñor; pero
no conocemos el texto. En un elogio fúnebre de
monseñor Cani, que poseemos manuscrito, dice: <>
2 El original está en poder del teólogo
Franchetti.
(**Es13.435**))
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