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de sus pensamientos y afectos como podía estarlo
en un Siervo verdaderamente sensato y fiel; no con
el deseo de una conciliación cualquiera, tal y
como muchos habían ido, durante mucho tiempo,
fantaseando, embrollando y confundiendo las cosas,
sino de modo que, ante todo, se asegurase el honor
de Dios, la honra de la Iglesia y el bien de las
almas>>.
Esto mismo proclamó el Padre Santo Pío XI en su
alocución del 19 de marzo de 1929 con motivo del
Decreto sobre los milagros, asegurando haberlo
oído de labios del Siervo de Dios cuarenta y seis
años antes.
El día de san José cayó en manos del Siervo de
Dios el reciente opúsculo de monseñor De Segur
Tous les huit jours y como le gustara mucho, pensó
inmediatamente hacer con él uno de los próximos
números para las Lecturas Católicas; en
consecuencia escribió al conde de Viancino que lo
tradujese o lo hiciera traducir al italiano.
Queridísimo señor Marqués, o mejor, señor conde
Francisco:
Le envío un librito que creo se puede imprimir
con éxito. Tenga la bondad de traducirlo o bien
buscar alguno que lo haga.
El sábado tuve el placer de ser recibido en
audiencia privada por el Padre Santo; me la
concedió con gusto, diciéndome se lo comunicara de
su parte.
Bendijo bondadosamente a los salesianos y quiso
ser contado en el número de los cooperadores.
Durante la semana espero levar anclas y partir
hacia Turín. íOh, cuántas ((**It13.503**)) cosas
tendremos que comentar! Quiérame en Jesucristo,
pero ayúdeme todo lo posible para llevar adelante
la iglesia de san Juan.
Si viere al caballero Clemente 1, ruégole le
salude atentamente de mi parte.
Que el Señor les bendiga, a usted, a su piadosa
señora la Condesa, y rueguen por este pobrecito,
que siempre será de ustedes.
Roma, san José 1878.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
Trata el autor en su libro de la comunión
semanal, mostrando sus ventajas, la mayor de las
cuales es la seguridad de alcanzar el paraíso.
El Conde se dio a su tarea, con tanto empeño, que
en ocho días acabó la traducción, y salió en el
mes de julio con el número 307 de la colección.
Como se ve, don Bosco no perdía de vista sus
queridas
1 Conde de Villanova.
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