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de muchos sectores, palabras duras y
mortificantes... Recordó también el sueño en el
que había visto el Vaticano devastado y a prelados
arrastrados por las escaleras, casi como en
castigo de no haber escuchado consejos. Manifestó,
quejándose de ello, haber roto la correspondencia
con sus adversarios a medida que morían, de suerte
que una tercera parte de noticias relacionadas con
su vida ya no existía 1. El Vicedirector don Luis
Rocca, que lo oyó todo, nunca pudo olvidar el
calor y la energía de su hablar, pero don
Francisco Cerruti, hablando de ello, aseguraba que
nada había visto de excesivo o airado. Mas, de
pronto el Beato cortó la conversación, reflexionó
un instante y dijo después delante de todos:
-He hablado demasiado.
Aquella misma tarde quiso confesarse con don
Luis Rocca.
1 Si realmente no se perdió tanto como él había
creído que anduvo o, se debe agradecer a don
Joaquín Berto que recogía de la papelera hasta los
pedacitos de cartas rotas y con infinita paciencia
los volvía a ordenar de modo que podía leerlos y
copiar el contenido.
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