((**Es13.424**)
Dos días después de la muerte del abogado, don
Bosco asistió a la grandiosa ceremonia de la
coronación en san Pedro, donde, habiendo sido
agregado por el cardenal Oreglia a su cortejo,
pudo observar de cerca todo el desarrollo del
sagrado rito. Pero su pensamiento rodaba alrededor
de la vedada audiencia pontificia; pensamiento que
se le agudizó al día siguiente, cuando se enteró
por los diarios de Turín de un grave contratiempo,
que, como diremos, había venido, fuera de toda
previsión, a desconcertar sus planes sobre la
iglesia de San Juan Evangelista que iba a
levantar.
Cansado, pues, de aguardar una respuesta que
nunca llegaba, se decidió a quejarse de ello al
cardenal Oreglia. El Cardenal, que conocía el
deseo del Papa de hablar con el fundador de los
salesianos, prometió ocuparse del asunto ante
persona competente. Pero la cosa no fue tan fácil,
ni siquiera para el autorizado Purpurado, aunque,
después de una serie de desagradables incidentes,
que es mejor pasar por alto, consiguió, por fin lo
que quería. En efecto, el 14 de marzo, le enviaba
el maestro de Cámara la tarjeta de audiencia
privada para don Bosco.
La audiencia estaba fijada para las seis y
media de la tarde del día 16. A la hora señalada
estuvo don Bosco en el Vaticano, pero tuvo que
aguardar casi una hora antes de ser introducido.
Entró a la presencia de León XIII a las siete y
media y salió a las ocho y media. Se presentó con
su acostumbrado memorándum, que abarcaba ocho
puntos: <<1.° San Juan, Ventimiglia, La Spezia,
Misiones. -2.° Cooperador Salesiano. -3.°
Comunicar protector por medio del cardenal
Oreglia. -4.° Nuestra condición con respecto al
Arzobispo. -5.° Cosas nuestras a llevar a término.
-6.° Una palabra para los alumnos, cooperadores
salesianos y bienhechores. -7.° Casa en Roma.
Galliera. - 8.° Ingeniero Campanella, abogado
Frisetti>>. En la audiencia presentó también al
Papa la súplica siguiente que se refería al n.° 3
del memorándum:
((**It13.495**))
Beatísimo Padre:
El sacerdote Juan Bosco, postrado a los pies de
V. S., humildemente expone en favor de la
Congregación de San Francisco de Sales, que:
Con el vivo deseo de facilitar la comunicación
de los salesianos con la Santa Sede y asegurar
cada vez más los estrechos lazos, que todo
instituto eclesiástico debe mantener inalterables
con la misma, suplica a V. S., se digne nombrar al
Eminentísimo cardenal Luis Oreglia protector de
esta Congregación, de sus misiones en América, de
los cooperadores salesianos, de la obra de María
Santísima Auxiliadora para las vocaciones
eclesiásticas y de la Archicofradía de los devotos
de María Auxiliadora, canónicamente erigida en la
iglesia a Ella dedicada en Turín.
JUAN BOSCO, Pbro.
(**Es13.424**))
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