((**Es13.395**)
Compadece bondadosamente la confianza con que
te escribo, y Dios te haga dichoso en este mundo y
en el otro, mientras tengo la satisfacción de
profesarme,
Siempre tuyo.
Turín, 1.§ de octubre de 1877.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro
Sin duda que la carta surtió su efecto, pues
las escuelas pudieron continuar en el mismo plan.
Y encontrandose en Roma el Beato, en enero de
1878, quiso intentar un golpe que, de haberle
salido bien, había resuelto la cuestión para
siempre. Presentó una instancia al Ministro de
Instrucción Pública con una razonada exposición,
para que el profesorado del Oratorio estuviera
exento de la obligación de poseer títulos
académicos.
Excelencia:
Creo a V. E. perfectamente enterado de que hace
ya 25 años existen en los llamados Oratorios
masculinos. Consisten éstos en unos locales,
expresamente destinados a reunir en los días
festivos a los jovencitos más abandonados que,
desde diversos pueblos del Estado, vienen a esta
ciudad, donde se les entretiene con agradable y
honesta diversión, después de cumplir sus deberes
religiosos. Hay cuatro Oratorios de esta clase, en
los que se reúnen varios millares de muchachos y,
a la par que se les proporciona la instrucción
elemental, se tiene el mayor cuidado de que cada
uno pueda, a lo largo de la semana, ser colocado
con un patrón. Pero, entre este gran número, se
encuentran algunos tan pobres y faltos de todo,
que tal vez resultaría inútil toda atención, si no
se los albergara y alimentase en una casa y se los
preparara con un oficio para, en su día, ganarse
honradamente el pan.
Ese fue el origen de la casa del Oratorio de
San Francisco de Sales, donde viven al presente
unos ochocientos jovencitos. Todos asisten a las
clases elementales nocturnas, más otros estudios
adaptados a ellos. A lo largo del día hay unos que
aprenden diversos oficios, como zapateros,
sastres, carpinteros, herreros, encuadernadores,
impresores, cajistas y otros por el estilo. Hay
otros, a quienes la Providencia dotó de aptitudes
especiales para los estudios, y se les suele
destinar a los estudios secundarios. Estos pasan a
ser cajistas en la imprenta del establecimiento o
en otras tipografías; algunos consiguen el diploma
para la enseñanza del bachillerato. En fin los hay
que emprenden diversas carreras con las cuales
pueden en poco tiempo llegar a procurarse un
honesto sustento.
((**It13.459**)) En el
pasado, estas escuelas secundarias estuvieron
siempre consideradas como obras de celo y caridad;
por eso, el señor Ministro de Instrucción pública
en distintas ocasiones las recomendó, las estimuló
y, entre otras cosas, se complacía en manifestar
al abajo firmante que el Ministerio deseaba
concurrir con todos los medios a su alcance para
que estas nuestras escuelas tuviesen el mayor
desarrollo 1. Los maestros fueron el Director,
ayudado por algunos alumnos del establecimiento, y
también
1 Carta del 29 de abril de 1857. Firmada J.
LANZA.
(**Es13.395**))
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