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preguntó con extrañeza si también era matemático.
El Beato respondió:
-Tenía inclinación por esta ciencia. Siempre
obtuve el primer premio en esta materia, cuando
iba a la escuela 1.
Predicciones
Dios iluminaba a menudo la mente de su Siervo
acerca de la personalidad de los que tendrían que
ser los primeros en recoger su herencia
espiritual. Así lo dispuso la Providencia, para
que pudiese preparar sucesores a la altura de su
misión. Lo mismo que para el primero, así también
recibió el Siervo de Dios del cielo las luces para
conocer quién sería su segundo en sucederle en el
gobierno general de la Pía Sociedad. Este es, al
menos, el convencimiento que nos formamos, al
examinar un hecho acaecido en 1877.
Siempre que podía, iba don Bosco a celebrar la
fiesta de san Carlos en el colegio de Borgo San
Martino, y precisamente para que tuviese la
oportunidad de ir, se trasladaba la solemnidad aun
muchos días después; así en 1877 se celebró el
jueves 22 de noviembre. Sentábase a la mesa,
honrada con la presencia de monseñor Ferré,
((**It13.444**)) Obispo
de Casale, y a poca distancia de don Bosco, el
joven de veinte años Felipe Rinaldi, todavía
seglar. Cayó la conversación sobre don Pablo
Albera y las dificultades que el clero de su
pueblo y el Arzobispo Riccardi le ponían, para
disuadirlo de que se quedara con don Bosco después
del bachillerato. El Obispo, que oía con interés
la narración de don Bosco, preguntóle si don Pablo
Albera había vencido aquellos obstáculos.
-íCiertamente! respondió el Beato. El es mi
segundo...
Y, al decir esto, se pasó una mano sobre la
frente, como cuando un pensamiento se sucede
rápidamente a otro pensamiento y tenemos que
detenernos al expresarlo. Ninguno de los
comensales paró mientes a la palabra y al gesto;
pero nuestro joven, que estaba muy bien informado
de las cosas salesianas, iba rumiando para sus
adentros:
-Don Pablo Albera no fue el segundo en entrar
en la Congregación; no es el segundo en dignidad,
pues ni siquiera es del Capítulo Superior; tampoco
fue el segundo en ser nombrado director... >>No
llegará a ser quizá el segundo sucesor de don
Bosco?
1 Nos ha contado el hecho el reverendo Caimo,
testigo presencial.
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