((**Es13.358**)
->>Habéis dicho don Bosco? >>Pero dónde está
don Bosco?
Al gesto de don José Vespignani, que se lo
indicaba, el santo varón cayó de rodillas ante él
y, alzando las manos y juntándolas en alto,
exclamó:
-íAh, don Bosco! íNo le había conocido!
Don Bosco le hizo levantar, lo abrazó y, al oír
su nombre, dijo:
-íEntendido, entendido! Este es el gran enemigo
de don Bosco!... Don José, dijo al padre
Vespignani, llévelo a la habitación para que deje
la maleta, porque necesita descansar, y, esta
noche en la cena, póngale en mi puesto a hacer las
veces de don Bosco. Mañana ya haremos las paces.
Después se despidió amablemente. Don Pablo
Taroni dijo mientras caminaba:
-íAhora comprendo cómo ha hecho don Bosco
tantas cosas! >>No veis con qué calma, con qué
tranquilidad habla y camina? íCómo se ve que es un
santo!
Se quedó en el Oratorio diez días, observándolo
todo y anotando muchas cosas. El 18 se confesó con
don Bosco por vez primera en su habitación,
después, rebosando felicidad, dijo a don José
Vespignani:
-Me he puesto en sus manos, para que haga de mí
lo que quiera. Pero él me ha dicho tajantemente
que vuelva al seminario para atender las
vocaciones eclesiásticas, que ésta es mi vocación,
y después, que tengo que actuar como cooperador
salesiano, difundiendo buenos libros y
especialmente las Lecturas Católicas.
Su entrega a la difusión de las Lecturas
Católicas se convirtió en pasión; logró suscribir
a más de cuatrocientos abonados, de acuerdo con el
lema que se había impuesto: <>. Más tarde solía
repetir:
-Don Bosco no me ha querido, pero yo me vengo,
enviándole mis hijos.
Y envió algunos.
En su libreta de apuntes escribe con fecha del
23:
<((**It13.415**)) las
gracias que quería pedir mañana a María, entre
otras la fortaleza y el valor. Me contestó:
>>-Añada: Fac ut ardeat cor meum in amando
Christum Deum...
>>Antes de salir de su habitación le pedí la
bendición y me la dio>>.
Y con fecha 25:
<(**Es13.358**))
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