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que nos rodean fuera por todas partes. Aquí
estamos apartados de los escándalos, de los malos
compañeros y tenemos toda comodidad para hacer el
bien. Fuera de esta arca, íay!, cuántas y cuán
graves ocasiones de caer os saldrán al encuentro,
siendo vosotros todavía casi desconocedores del
mundo. Ah, no sabéis en qué peligros se encuentran
muchos de vuestros compañeros que tuvieron la
desdicha de entrar en él.
Tenemos aquí, además, la gran suerte de tener a
María Auxiliadora, dispuesta a protegernos, la
cual concede todos los días muchísimas gracias aun
corporales. Ora un ciego recupera la vista, ora un
epiléptico queda perfectamente curado, como
sucedió esta mañana, ora un tullido, que hacía
ocho años no podía moverse, y ha empezado a
caminar, ((**It13.408**)) como
ha sucedido ayer; y otras gracias llamativas,
extraordinarias, que podría contaros, y que
concede continuamente María Santísima al que la
suplica.
Y digo yo: si esta Madre se muestra tan benigna
y liberal para conceder gracias al cuerpo,
destinado a servir al espíritu, este cuerpo
miserable, que dentro de poco ha de ser echado
bajo tierra para pudrirse y quedar reducido a
polvo, >>qué no hará con nuestras almas destinadas
a gozar con el Señor por toda la eternidad?
íCuántas gracias tiene preparadas, esperando que
alguno se las pida! No olvidéis, queridos hijos,
que la Virgen tiene guardadas todas las gracias
necesarias a cada uno de nosotros para nuestra
alma, para nuestro cuerpo, para nuestros padres,
parientes y amigos. Sólo aguarda a que se las
pidamos para dárnoslas. Por consiguiente, si Ella
las tiene preparadas, si está dispuesta a
concederlas a quien las pide, ícon qué devoción
tendremos que pedírselas especialmente durante
esta novena!
Además, las madres siempre tienen un tiempo
especial, en el que están dispuestas a conceder
regalitos a sus hijos, en el que suelen darles más
fácilmente todo lo que piden. Suele ser el día de
su cumpleaños, el de su santo, el del aniversario
de la primera comunión, el de la confirmación, el
día que les recuerda una fecha feliz. Hay muchos
días para las buenas madres, en los que tienen
preparados especiales favores para sus hijos. Pero
desean que se los pidan para poderlos dar, y, a
veces, están pesarosas, cuando dejan pasar una de
estas bellas ocasiones sin que se les pida nada.
>>Y si sucede así con las madres de la tierra,
no pasará lo mismo con la buena madre que está
allá arriba en el cielo? Creedlo, Ella es mejor,
infinitamente más cariñosa y mucho más poderosa
que las madres de esta tierra, y puede y quiere
concedérnoslo todo.
Por consiguiente, si nos encomendamos a Ella de
corazón, estará dispuesta a ayudarnos, porque
nosotros somos, de una manera particular, sus
hijos.
Aprovechemos, pues, la buena ocasión de su mes,
de su novena, de su fiesta para encomendarnos a la
Bienaventurada Virgen Auxiliadora.íCuántas
preciosas gracias tiene preparadas para cumplir
nuestros deseos! Gracias espirituales, gracias
corporales, gracias para la salud, para los
estudios, para nuestros parientes, para sus
negocios y para sus campos. Roguémosla. Ella os
defienda de todos los peligros de la vida. Os guíe
hasta la meta, adonde tienden todos nuestros
esfuerzos. Cada uno de vosotros tome buenas
resoluciones, esfuércese por ponerlas en práctica
y el Señor y María Santísima os ayudarán a salir
libres de toda ocasión de pecado. Buenas noches.
Volvió a la pequeña tribuna la noche del día
20. Un muchacho, según la costumbre, se le acercó,
le besó la mano y le entregó, envuelto ((**It13.409**)) en un
pedacito de papel, un objeto perdido. El Beato
aprovechó
(**Es13.353**))
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