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conoce un cabecilla, se comienza por expulsarle;
después de un tiempo, otro; y luego, otro. En
cuanto falta quien podría sembrar cizaña y se
engendra el miedo en quien ve estas decisiones
rápidas, imprevistas y sin muchas palabras, se
restablece perfectamente la moralidad en casa...
En quitando de la comunidad las murmuraciones y la
parcialidades, se goza de paz perfecta.
Al día siguiente, después de la comida, paseaba
con él don Julio Barberis, cuando saltó a la
conversación el nombre de alguno de la casa que se
dejaba arrastrar un poco por la gula.
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El Beato dijo:
-íAtención y seguidle! Cuando uno se deja
dominar por este vicio, no hay resolución, ni
propósito que valga: es demasiado difícil la
enmienda. Y junto con la gula vienen después, como
consecuencia, otras desdichas. Dice san Jerónimo
que vino y castidad no pueden estar juntos.
Contó, después, algunos sucesos de sus tiempos
en el seminario y en la Residencia Sacerdotal con
don José Cafasso y con el teólogo Luis Guala, los
cuales repetían a menudo de quien ya se había
dejado vencer por el vino:
-Incluso si hicieran milagros, no creáis
todavía que se han vencido, al cabo de un tiempo
recaerán.
El Siervo de Dios temía todo principio de abuso
en esta materia. Por la fiesta de María
Auxiliadora, había en el Oratorio la feria de
libros, y se preparaba, además, un tenderete de
refrescos, del que se servían los muchachos, y
donde pagaban los internos con ((**It13.399**)) bonos
ad hoc 1, y los de los otros colegios con dinero.
Estaban también los clérigos novicios y
estudiantes en el Oratorio: el 1877 el Capítulo
Superior determinó que ellos no pasaran por el
puesto de refrescos y que se avisase en público,
de modo que lo oyeran también los muchachos.
Entonces alguien preguntó a don Bosco si, para
evitar descontentos, no sería del caso repartir a
los clérigos, fuera de las comidas en el comedor,
alguna bebida. El Beato contestó que no, igual que
otra vez, cuando había contestado negativamente a
quien le pedía que se entregasen a los profesos
unas monedas, con las que pudiesen comprarse algo
en la feria.
-Lo que les es necesario, observó, se les da
sin más en toda
1 Véase, volumen XI, pág. 209.
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