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escrito, en Roma y en otras partes. Es una
calumnia. He asegurado repetidas veces al
Arzobispo que ningún salesiano tomó parte en ello
y, con varias cartas, he condenado la manera
indecorosa con que se habla de la autoridad
eclesiástica, pero que por esto yo quería rechazar
en absoluto toda responsabilidad. No nos quiso
creer y persiste todavía en pretender que yo diga
que son falsedades.
Yo no puedo ni quiero mentir, porque allí se
expone la verdad. He rogado l mismo Arzobispo que
se dignara notarme algo erróneo, que yo habría
condenado en seguida formalmente, pero no creyó
oportuno contestarme.
Ante tan gran persistencia de acusaciones y
publicaciones de toda clase, no sé cómo se puedan
arreglar las cuestiones.
((**It13.395**)) Lo
cierto es que:
1.° La Congregación Salesiana tiene, en la
diócesis de Turín, sacerdotes suspensos de
confesión, otros de predicación, otros de celebrar
la santa misa, y se niegan las órdenes a sus
clérigos. Esto se hace, mientras por todas partes
se lamenta la necesidad de trabajar, y el mismo
monseñor Gastaldi deplora la gran penuria de
sacerdotes en su diócesis.
2.° En las últimas témporas de Navidad agregó a
uno de nuestros clérigos, profeso perpetuo, a su
diócesis, le confirió la tonsura y las cuatro
órdenes menores, a pesar de que él persistiese en
asegurar que él es salesiano profeso y que quiere
perseverar toda la vida, y antes de ser ordenado
presentara la dimisoria de su superior 1.
3.° Infamó a la Congregación Salesiana por toda
Italia, la desacreditó en la ciudad de Turín, y el
desaliento de los salesianos es tal, que algunos
postulantes cambiaron de idea, y otros, ya
admitidos, no quisieron formar parte de una
Congregación tan vituperada y la abandonaron;
puesto que los salesianos pueden ser objeto de
todo vilipendio, pero les está prohibida la
defensa bajo pena de suspensión.
4.° También ha ocasionado grave daño moral y
material. He tenido que interrumpir útiles
ocupaciones, hacer gastos de viajes, por la
suspensión de asuntos; y eso en el momento en que
yo tendría que dedicar toda mi actividad a las
casas ya abiertas y a otras por abrir en diversas
partes de Europa y del mundo.
5.° Causó, además, grave daño a nuestras casas,
que se sostienen de la Providencia. Porque, si son
públicamente calumniados, >>cómo podrán todavía
los salesianos presentarse a los fieles pidiendo
su caridad, para auxiliar a más de veinte mil
muchachos a los que los salesianos deben proveer
de pan y de cristiana educación?
Ruego a V. E. me compadezca, si mi mente
aparece algo irritada. Estoy convencido de que
aquí se trata de impedir la mayor gloria de Dios y
el bien de las almas y de maltratar sin motivos a
una Congregación aprobada por la Santa Sede y
puesta bajo su eficaz y paternal tutela.
Solamente V. E. puede poner un valladar a estos
males y dar las oportunas medidas para que jamás
se tengan que renovar.
Espero que V. E., en su probada bondad, se
dignará favorecerme con alguna otra breve
audiencia para aclarar lo aquí mencionado sólo al
vuelo, al tiempo que, con profunda gratitud y con
el más respetuoso y cordial saludo, tengo la
suerte de poderme profesar de V. E. Rvma.
Roma, 7 de enero de 1878.
Su atento y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
1 Este es el conde Cays, que para ser ordenado
tuvo entonces que constituir el patrimonio
eclesiástico ante la Curia.
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