((**Es13.337**) P. D.
Nótese que el famoso impreso fue reconocido por
cuatro opúsculos de M (onseñor) A (rzobispo) 1, y
que, si alguno no se hubiese opuesto, hubiera
añadido un quinto contra la Sagrada Congregación
de los Breves. >>Habrá que maravillarse si se
publica algo en contra?
((**It13.389**)) El
teólogo, conmovido ante la bondad de don Bosco, le
informó detalladamente sobre la sesión.
Rvmo. Padre y amadísimo don Bosco:
En vano intentaría expresar la inmensa alegría
que experimenté al recibir la preciosa carta de V.
S. Ilma. y Rvma. íVer aquella escritura, que me
recuerda a mi insigne bienhechor y ternísimo
Padre, leer que yo había hecho algo grato al Rvdo.
don Bosco, a quien siempre llevo en la mente, en
los labios y en el corazón, me conmovió
profundamente! La leí varias veces, besé
repetidamente aquella carta escrita por la mano
bendita, que, con tanta abundancia, derramó sobre
mí, pobre, abandonado e infeliz por todo concepto,
los tesoros de la más generosa beneficencia y de
su entrañable amor. Pero me dio un sobresalto el
corazón y se ruborizó mi rostro, al leer aquella
expresión: -Te lo agradezco. íMi amadísimo don
Bosco, darme las gracias a mí, que todo se lo debo
a usted, después de Dios, que sin usted yo habría
sido el más desventurado de los mortales! íDarme
las gracias por un acto que yo debía, no sólo por
agradecimiento, sino por la más rigurosa justicia!
íEsto me confunde y me cubre la cara de rubor! Le
ruego que no me dé jamás las gracias, sino sólo
que me mande. Mientras tanto, freno mis afectos
para informar a V. S. de cuanto ansía conocer.
El cabildo de párrocos de Turín no fue
espontáneo en absoluto. El mismo cura párroco de
San Francisco de Paula, que, por su antigüedad,
nos convocó en su casa, declaró varias veces que
había sido forzado a ello; y cuando nos dirigió la
palabra diciendo: <<-Ustedes sabrán la finalidad
de nuestra reunión>>, se contestó unánimemente que
no se sabía nada en absoluto. Se cree, pues, que
haya sido el mismo Arzobispo quien manifestara el
deseo a algún canónigo de tener en esta ocasión
una demostración de aprecio y condolencia para
valerse de ella a su favor.
Algunos párrocos, pesarosos todavía por haber
sido pillados de improviso en la primera llamada,
expresaron su resolución de no tomar parte en
adelante en reunión alguna, sin que antes se dé
cuenta del asunto y se proceda por votación
secreta. Otros, previendo lo que realmente
sucedió, no quisieron acudir a la reunión. Los
presentes fueron catorce.
Se les propuso a éstos seguir el ejemplo del
Cabildo Metropolitano y presentar a Monseñor la
participación que se tomaba en el dolor ocasionado
por aquel escrito anónimo, que daba vueltas por la
ciudad, y que se reprobaba la manera con que había
sido tratado. Pero, se observó que los párrocos no
podían limitarse a la forma, sin entrar en lo
intrínseco del escrito, como se podía deducir del
llamamiento Capitular, y que de esto no podían ser
jueces los párrocos; que los hechos citados por el
anónimo habían sido elevados al supremo juicio de
Roma, y que, por consiguiente, no nos estaba
permitido a nosotros adelantarnos a la sentencia,
que no convenía, en los malos tiempos que corren,
estimular a los malvados para hablar mal y hacer
publicidades
1 Por los <>, se entienden
cuatro impresos enviados por S. E. a Roma, de los
que don Bosco dirá dentro de poco que resultaban
más bien en defensa de la Congregación.
(**Es13.337**))
<Anterior: 13. 336><Siguiente: 13. 338>