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Arzobispo y don Bosco, y así se hizo. Acabóse de
firmar aquella carta el 22 de diciembre, día en
que había de ser enviada a Roma. La firmaron
también los canónigos honorarios, pero no había en
ella nada hostil contra don Bosco y los
salesianos. Mas, como se remitió al canónigo
Zappata y éste al canónigo Chiuso, surgió la duda
de si había sido enviada o no 1. Lo cierto es que
no se supo más de ella, a pesar de haberse hecho
todas las indagaciones posibles para descubrir la
verdad.
También los párrocos de la ciudad se reunieron
en cabildo el 21 de diciembre, invitados a seguir
el ejemplo del Cabildo Metropolitano.
De los veintidós que eran, acudieron sólo catorce.
Después ((**It13.388**)) de
hablar a favor y en contra, pasaron a votación la
conveniencia de hacer o no hacer una protesta.
Siete dieron el sí, y siete el no. También aquí la
protesta ya preparada quedóse bajo el pisapapeles
del presidente, en cuya casa se había celebrado la
reunión 2. <>. Distinguióse en la defensa de don Bosco
el teólogo Reviglio, párroco de San Agustín. Así
que lo supo don Bosco, le dio paternalmente las
gracias.
Queridísimo Reviglio:
Desde diversas fuentes, se me comunica el
congreso de los párrocos turineses del 20 (sic)
del mes corriente. Has hablado en favor de tu papá
y te lo agradezco. Fue también providencial para
el Arzobispo que la cosa haya resultado así, pues
lo contenido en esta hoja ha sido previamente
denunciado por el mismo Arzobispo al Padre Santo y
a la Congregación de Obispos y Regulares. Y, causa
vertente (en el transcurso de la causa) el parecer
público de los párrocos turineses hubiera
obstaculizado no poco las cosas sometidas a
juicio. Este es el parecer de un alto personaje,
que ya ha recibido comunicación de la reunión del
Cabildo y del de los párrocos. Yo desearía mucho
que alguno advirtiese las falsedades impresas en
aquella hoja. Si tú me das un informe detallado de
la intimación de la reunión, y de la materia
tratada con todos sus detalles, me harás un
verdadero favor.
El Padre Santo comenzó a levantarse de la cama
ayer. Fue una gran fiesta para toda Roma. Sin
embargo, está decrépito por la edad, el trabajo y
los achaques. Guárdenos Dios todavía este precioso
tesoro.
Felices fiestas de Navidad, reza por mí, que
seré siempre en Jesucristo.
Roma, Santas Navidades, 1877.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
1 Carta citada por don Miguel Rúa.
2 Carta de don Juan Bonetti a don Bosco; Turín,
22 diciembre, 1877.
3 Carta a don Joaquín Berto, 2 enero de 1878.
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