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Excelencia Rvma.:
Recibo un telegrama desde Gibraltar en el que
se me comunica que el Arzobispo de Buenos Aires,
con quince argentinos, llegará mañana por la tarde
a Génova y se hospedará en nuestro hospicio de
Sampierdarena. Tan pronto como yo esté ((**It13.369**)) de
vuelta, contestaré a lo que indicaba en su carta
anterior y señalaré algunos hechos que me parecen
oportunos para un regular examen, o mejor, las
personas a las que se refieren que están en mucha
mejor condición para responder a las preguntas que
se les hagan.
Ruégole me considere, como con la máxima
veneración me profeso,
De V. E. Rvma.
Turín, 31-5-1877.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Este examen no se hizo nunca porque la
controversia tomó nuevas dimensiones, ya que se
llevó a Roma la cuestión, como se narró
anteriormente 1.
Recordaremos de paso lo ya dicho en otra parte,
a saber: que la prohibición tridentina se limita a
los milagros atribuidos a los no beatificados o no
canonizados, muertos en olor de santidad. Pero
tampoco es valedera la conclusión, sacada de lo
dispuesto por el concilio de Trento de que, sin el
decreto auténtico de la Autoridad Eclesiástica, no
se puede prestar fe a la narración de milagros,
pues aquí se confunde la testificación auténtica
de un hecho prodigioso con la persuasión privada.
La primera tiene que estar refrendada por
caracteres y formalidades determinados por las
leyes; la otra se conforma con los signos
ordinarios, más o menos ciertos, según los cuales
se regula el juicio humano. Por consiguiente, sin
protestar sobre la verdad de las cosas impresas
con el Nada obsta de la Curia arzobispal de
Génova, y sin quitarles toda probabilidad, bastaba
decir que aquellas relaciones no eran auténticas,
proposición que nadie habría presumido poner en
duda. Es sabido que quien imprime un libro de este
género con aprobación del Ordinario nunca pretende
que esta aprobación valga para la historicidad de
lo narrado, sino únicamente para la publicación
del libro. Este es el motivo de las protestas, que
los autores deben poner sobre el grado de
credibilidad que corresponde a su narración de
hechos milagrosos.
Así, pues, el 24 de noviembre, al aparecer la
nueva edición ((**It13.370**)) arriba
dicha, el Arzobispo, en la respuesta a una carta
de don Miguel
1 Véase volumen XI, pág. 383.
(**Es13.320**))
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