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aunque, como hace algunas semanas se marchó a su
ciudad natal, no lo puedo afirmar con absoluta
certeza.
Ten, mientras tanto, la bondad de besar por
nosotros el Sagrado Anillo a S. E. Rvma. y recibe
la anticipada acción de gracias y los cordiales
saludos, con que me siento feliz de profesarme.
Turín, 4 de noviembre de 1877.
Tu afmo. en J. y M.
MIGUEL RUA, Pbro.
>>Pero por qué retardar tanto en aceptar la
invitación del Arzobispo? >>Y por qué, después de
una dilación tan prolongada, despacharse con tan
pocas palabras: Esto no puede dejar de sorprender
a los lectores. Pues bien, la sorpresa cesará
después de conocer este trozo de la carta escrita
por don Miguel Rúa a don Bosco, que se encontraba
en Roma 1:
<((**It13.358**)) la
carta y entonces le escribí en el mismo sentido de
la declaración hecha de viva voz>>.
La carta del 4 de noviembre contenía cabalmente
las explicaciones orales; pero el Arzobispo hizo
contestar que no la aceptaba, ya fuera por su
excesiva tardanza, ya fuera porque no respondía a
la forma por él prescrita. El retraso de la
respuesta tuvo su origen en la imposibilidad de
despachar una declaración como la que se pedía,
por falta de reconocimiento de una culpa que no
existía.
Ahora bien, he aquí que surgió un nuevo
incidente. Don Angel Rocca, natural de Rivara
Torinese, había sido invitado por su párroco
1 Turín, 6 de enero de 1878.
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