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((**Es13.300**) Si crees, por tanto, conveniente que yo dé algún paso, el que quieras, donde quieras y como quieras, haz el favor de indicármelo, pues será para mí verdaderamente una buena ventura contribuir en cuanto sé y puedo ((**It13.345**)) a un buen acuerdo para el porvenir entre el señor Arzobispo y don Bosco y su Congregación, sepultando en el olvido el pasado, disculpando las intenciones. Si esto tuviere éxito, estoy convencido de que se alegrarían de ello todos los buenos, y el mismo Sumo Pontífice gozaría al saber que las disensiones entre el Arzobispo de Turín y don Bosco y compañeros han cesado, gracias a Dios, enteramente. >>Y no se arrancaría del corazón del señor Arzobispo una muy grande y dolorosa espina?... Tal vez una conversación entre vosotros, en presencia de algún autorizado eclesiástico, para hablar de los diversos temas que dieron ocasión a los presentes males, serviría, y mucho, para disipar ciertas dudas y sospechas, y daros razón y explicación de vuestro proceder. Después de esta apertura recíproca, hecha para defender los derechos que cada uno cree tener, y después de daros una satisfacción mutua, estoy convencido de que será fácil poneros de acuerdo y volver a la amistad de antes. Así sea, y pronto; más aún, en seguida. No añado más palabras, sólo te pido me perdones, si olvidando por un momento tu alta y mi humilde posición, me he permitido escribirte como lo he hecho. Si crees que yo puedo hacer algo, mándame, pues estoy a lo que me indiques, de lo contrario, ten siquiera en cuenta mi buena voluntad. Beso en espíritu tu sagrado anillo, pido tu santa bendición para mí y para el pobre Instituto de San Pedro, y me declaro, De tu Reverendísima Excelencia Arzobispal Turín, 18 de septiembre de 1877. Seguro servidor y amigo ROBERTO MURIALDO, Teólogo. Pertenece a este tiempo y fue sugerido por estos acontecimientos un segundo plan de mediación, que partió de la casa de los jesuitas en Chieri. Aunque el plan quedara en el estado de un piadoso deseo, sin embargo, puesto que dio origen a un cambio de impresiones con un autorizado padre filipense, nos parece que la relación de la iniciativa sirve para dar a conocer más y mejor la realidad de las cosas. Será también un momento de lectura agradable. Así, pues, a fines de septiembre el padre Luis Testa, de la Compañía de Jesús, escribió a don Bosco en estos términos: Rvmo. Señor: El que escribe la presente es un sincero y franco amigo de su congregación, aun cuando no conozco personalmente a su fundador. Soy un padre de la pobre Compañía de Jesús, profesor en el seminario de Susa, desde hace algunos años. ((**It13.346**)) Dado que soy antiguo amigo del Arzobispo de Turín y que conozco al padre Carpignani, confidente del Arzobispo, después de mucho pedir al Señor, me presenté a dicho Padre y le pedí hablar con él sobre asuntos gravísimos. Aceptada la propuesta, comencé por el párroco de los Santos Mártires y de la Conferencia de la Consolación, (**Es13.300**))
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