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tener una nueva licencia 1 y no se habla de
licencia por escrito; no se quitaba con estas
palabras una licencia ya dada de manera bastante
explícita y aprovechada por un número considerable
de sacerdotes salesianos durante algunos años...
sciente et non contradicente Archiepiscopo>>. En
una apostilla a un documento que pronto veremos,
una persona autorizada advierte que de hecho la
carta del Arzobispo, si era <> para
algunos, resultaba <> y también
<> para otros. Además, los salesianos no
dijeron que Monseñor les prohibía celebrar fuera
de casa, sin un permiso por escrito; pero ellos
mismos exigían este permiso por escrito a los
rectores de las iglesias o de las comunidades:
sabia precaución, como es fácil entender. Monseñor
Gastaldi describe, por último, el escándalo
producido por la repentina falta de las mismas,
por culpa de los salesianos, y demuestra la
necesidad de una reparación.
Su Excelencia ya había indicado cuál tenía que
ser esta reparación: véase en qué circunstancia.
El canónigo Chiaverotti, turbado por las protestas
del Arzobispo, había ido al Oratorio el 5 de
septiembre para pedir su carta, causa de tantos
disgustos. Protestaba él diciendo que la había
escrito al dictado de Monseñor. Don José Lazzero
envió aquel mismo día el original a la Curia,
porque así lo quería el Arzobispo; pero el
canónigo Zappata, Vicario General, poco antes de
recibir el documento, le había escrito:
Muy Reverendo Señor:
No puedo dispensarme de cumplir la indicación
de S. E. Rvma. el señor Arzobispo de llamar ante
mí a V. S. M. Rvda. e invitarle a exhibir ((**It13.341**)) la
carta, de la que ya se le ha hablado, y que
conoce; para que le fuera menos incómoda la
conversación le mandé decir por medio de dos
clérigos que habían acudido a la Curia, que yo le
aguardaría en la sacristía del Santo Rosario, y
allí esperé hasta las siete.
V. S. no habrá podido ir. Pero yo necesito
encontrarme lo más pronto posible con S. E., de
suerte que al recibir la presente invitación se
persone al momento en la Curia arzobispal... y si
tiene este original, por favor, por favor, llévelo
consigo para mostrármelo.
Le saludo cordialmente y soy, de V. S.
Turín, 5 de septiembre de 1877.
Atto. y s. s.
JOSE ZAPPATA, Vic. Gral.
1 <> con relación a la licencia tácita,
por la que la celebraban en iglesias que no eran
propias, aunque en el Añalejo de aquel año el
Decreto XII decía: Regulares omnes monemus, se non
posse sine licentia Nostra, ne una quindem vice
celebrare Missam in ulla ecclesia vel oratorio
etsi privato, Nostrae Dioecesis, exceptis
ecclesiis et oratoriis sui Ordinis. (Recordamos a
todos los regulares que no pueden, sin nuestra
licencia, celebrar la misa ni siquiera por una
sola vez en ninguna iglesia u oratorio, aunque sea
privado, de nuestra diócesis, excepción hecha de
las iglesias y oratorios de su orden).
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