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retrospectiva, escribe a más de medio siglo de
distancia de aquella fecha: <>. Es, en una
palabra, la historia del grano de mostaza, que se
renueva continuamente en la Iglesia.
Bajo la alta dirección de don Juan Cagliero y
la guía inmediata de don Julio Barbeis, los
elegidos se ejercitaban en la lengua española y
perfeccionaban su preparación espiritual. A
mediados de agosto se reunieron todos en Lanzo
para una tanda de ejercicios, junto con otros
hermanos. Pertenece a la biografía del Beato don
Bosco lo que escribe don José Vespignani a
propósito de aquel retiro espiritual: <((**It13.302**)) para
nosotros don Bosco no debía morir nunca;
únicamente, al separarnos de su lado, sentíamos la
necesidad de recoger cuantos más recuerdos y
consejos nos fuera posible>>. En el sermón
llamado, como se solía, de los recuerdos el Beato
contó un sueño 1.
1 Volvió a contarlo de nuevo durante el
Capítulo General, el 28 de septiembre, en el
comedor después de cenar, presentes algunos
Superiores, y entre ellos don Julio Barberis y don
Juan Bautista Lemoyne, que lo escribieron
inmediatamente después. Referimos la redacción de
Lemoyne. En la de Barberis se lee que don Bosco
preguntó a la mujer <>, quién era y
que ella contestó: <>. Podría parecer más lógico que
refiriésemos la relación que hace don José
Vespignani; pero él la ha escrito de memoria
después de un lapso de tiempo excesivo. Sin
embargo, nos parece bien poner de relieve un
detalle. Según él, gritó también don Mateo Picco:
<<íDefecciones en el Oratorio! íPersecuciones
contra el Oratorio!>>. Después comenta el autor:
<>. La que, según
Lemoyne y Barberis, es <>, don José
Vespignani la llama <>; y tiene él la
impresión de que fuera la Virgen. Lo que dice de
las persecuciones es exactísimo; tendremos de ello
una prueba, entre otras muchas, en el capítulo
siguiente.
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