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((**Es13.252**) ((**It13.287**)) El apelativo de salesiano. Dar al César lo que es del César Conferencia 24.¦ La denominación de salesiano, dada a los socios y a sus cosas 1, iba resonando repetidamente en los oídos durante la lectura de las actas: ello obligó a don Bosco a tocar una tecla siempre delicada, pero entonces delicadísima. -Tendríamos que emplear muy parcamente este vocablo. Hace algunos años, aún no se había introducido y casi no se sabía qué significaba. Con ocasión de la primera expedición de nuestros misioneros, hace dos años, se introdujo y estableció. Se comenzó a hablar y volver a hablar de los misioneros salesianos, por Europa y por América, a imprimir y reimprimir, en libros y en diarios, hechos y cosas de los misioneros salesianos, y así se introdujo este nombre. Era necesario en estos años pasados; hacía falta que la Congregación tomase un nombre fijo. El de san Francisco de Sales es un nombre querido por la Iglesia y por las instituciones civiles; es el santo de la mansedumbre, virtud que gusta sumamente también a los malos; es el santo que hemos tomado como patrono principal. Como también la palabra salesiano suena bien, se creyó oportuno adoptarla. Lo que ahora tenemos que hacer es no darle demasiada importancia. Es necesario que tomemos alguna precaución al respecto. Y ante todo cuando se manda imprimir un libro, no se ponga: Sacerdote Salesiano o de la Congregación Salesiana. Así se ha hecho hasta ahora y eso no es nada; así se podría seguir en ciertas circunstancias especiales; pero en general no se haga. Si el autor del libro es director de un colegio, puede poner muy a propósito: Director del colegio salesiano, porque esta atribución es personal y sirve para dar a conocer el colegio y aumentar su fama; hacer más nos atraería envidia, malos quereres y hasta persecuciones públicas y privadas. Ahora, sin embargo, se ha dado un paso muy atrevido por este lado al fijar este nombre en el Boletín, que se envía a nuestros Cooperadores. Es un paso atrevido, hemos de decirlo, pero estudiado. Era necesario darnos a conocer y en nuestro verdadero sentido. Hasta ahora, gracias a Dios, todo lo que se ha publicado a nuestro respecto, se publicó en el verdadero sentido. Lo poco que los inclinados a hacer el mal publicaron contra nosotros, consistió en acusaciones o hechos particulares, que no mellaron todavía en modo alguno la marcha general de nuestra Congregación.Gran cosa es ésta, que no se nos interprete mal, sino que ((**It13.288**)) podemos ser conocidos exactamente tal como somos. Quiero esperar que el Boletín, que se imprime precisamente para dar a conocer nuestro fin, cooperará grandemente a lograr este efecto y presentará, bajo el verdadero punto de vista, las cosas principales que sucesivamente suceden en la Congregación. Nuestro fin es dar a conocer que se puede dar al César lo que es del César, sin comprometer nunca a ninguno; y esto no nos aparta en lo más mínimo de dar a Dios lo que es de Dios. Se dice, en nuestros tiempos, que esto es un problema, y yo, si se quiere, anadiré que tal vez es el mayor de los problemas, pero que ya fue resuelto por nuestro divino Salvador Jesucristo. En la práctica se presentan serias dificultades, es verdad; búsquese, pues, cómo vencerlas, no sólo dejando intacto el principio, sino 1 Véase: Volumen XI, pág. 370. (**Es13.252**))
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