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que necesariamente debemos hacer, no hemos de
tener respetos humanos, sin embargo, en las no
necesarias, conviene evitar cualquier
manifestación que llame demasiado la atención
sobre lo que somos.
Además, ya en la conferencia decimoquinta, a
propósito de las buenas costumbres dignas de
conservarse y propagarse, se renovó la
recomendación de no introducir ninguna de las que,
a los ojos de los malos, pudiesen tener visos de
prácticas supersticiosas; y atenerse en ello
especialmente a las usanzas del lugar. >>Qué
decir, por tanto, de la costumbre de santiguarse
en el patio, antes de hincar el diente en el
panecillo del desayuno? He aquí la respuesta del
Beato:
-Esta es, sin duda, una óptima costumbre; pero
>>qué dirían los malos si, yendo a su casa o
estando ellos presentes, nos viesen santiguarnos?
Si nos ven hacerlo antes de la comida, no dicen
nada; saben que lo prescribe el catecismo, que
todo buen cristiano lo hace y no se extrañan.
Nosotros en particular podemos hacerlo; pero en
los lugares donde no existe la costumbre, no es
del caso introducirla. Especialmente, no hay que
insistir en esto con los muchachos de ((**It13.285**))
nuestros colegios. Desgraciadamente los hay, que
tienen padres muy ajenos a las prácticas
religiosas. Si les ven rezar antes o después de la
comida, tal vez lo toleren; si les vieran hacerlo
en el desayuno, fácilmente daría pie a cuestiones
y, a veces, ya no enviarían a sus hijos al
colegio, diciendo:
-íSe les enseñan demasiadas gazmoñerías!
El Rector Mayor y el Capítulo General.
Las críticas.
<> y
<>
Conferencia 23.¦ En la lectura de los artículos
preceptivos o directivos, que venían en las actas
a continuación de las diversas discusiones, se
encontró uno, en el que se decía de cierta cosa
que se remitiese <>. Don
Bosco quiso que se modificase la expresión
substituyéndola por <>. Y
explicó:
-Al decir Rector Mayor, se entiende todo;
porque la Regla dice que en las cosas de
importancia, reúna él a su Capítulo. Si se dice de
otro modo, parece que se quiere hacer la cosa sin
el Rector Mayor, siendo así que a él corresponde
disponerlo todo en la Congregación. En todo lo que
es de algún relieve, acúdase siempre al Rector
Mayor; él, después, si ve que corresponde a algún
cargo particular, confiará un asunto al prefecto,
otro al ecónomo, o a quien corresponda. Pero si
las cosas son de mayor relieve, reunirá el
Capítulo.
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