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((**Es13.243**) -Al contrario, anadió, hay que ser muy rígidos, pues se trata de algo que si no se mantiene con rigidez, casi por su natural va en aumento, ((**It13.276**)) pues es normal ver una cosa que no agrada mucho, y quererla hacer cambiar; y así, aquí hace falta levantar un tabique, allá derribar otro; aquí abrir una puerta y allá cerrar otra; bien entendido, empero, que, al cambiar aquella casa de prefecto o de director, vendrá de nuevo la necesidad de derribar lo levantado y de levantar lo derribado, y así se va de gasto en gasto, con escasa o ninguna utilidad. Es, además, necesario ser muy riguroso en esto para sacar de apuro al director. Siempre habrá un prefecto, un asistente, un maestro, que encuentran indispensables un sinfín de cosas y querrían introducir variaciones. Acuden al director, que ve también la utilidad de aquello, y no puede negarlo sin crear descontento. En cambio, cuando se sepa que son cosas totalmente independientes del director, vuelven a su calma y ya no las piden. Por otra parte, he visto que, como en todo lo demás, también en esto especialmente hay que apuntar más arriba del blanco y que hace falta querer dos para estar seguros de alcanzar siquiera uno. En algunas órdenes religiosas, al fin del ano o cuando hay visita del Superior, hacen una lista de las reparaciones necesarias y se pide permiso al Superior hasta para las cosas más pequeñas. Muchas veces el Superior no opondrá ningún reparo; pero siempre será libre de ponerlo; y, además, el solo pensamiento de que tal gasto tiene que pasar por el Superior hace que ellos se retraigan de las cosas no necesarias. Más adelante volvió a ponerse sobre el tapete la cuestión de las monografías y de las crónicas, ya ventilada en las conferencias anuales de los directores. Aunque se presentó fortuitamente, ocupó la mayor parte de la sesión. Don Bosco pronunció un discurso, en el que se puso de relieve una vez más la gran importancia que daba a la cuestión. -Se trabaja mucho entre nosotros, se hacen muchas cosas; pero no guardamos recuerdo de lo que se hace. La extraordinaria multiplicidad de ocupaciones, que hasta el presente se agolpan una tras otra, sin dejar un instante de tiempo libre, ha hecho que resultara imposible tomar nota por escrito de lo que se hacía entre nosotros. No quiero decir con esto que hoy se haya dado tregua a las ocupaciones; pero a veces hay manera de que las hagan otros, y muchas ya están repartidas entre varios, mientras que antaño estaban unidas y cargaban sobre el mismo individuo. Además, en los tiempos pasados no se conocía tanto la necesidad de tomar nota de lo que se hacía; ahora vemos que a veces nacen confusiones donde no tendrían lugar, si se hubiesen tomado los oportunos apuntes. Y, además, hoy día nos damos cuenta de que, estando la Congregación definitivamente aprobada, tenemos que dar normas para los que vengan detrás de nosotros. El ver que hemos actuado de una manera antes que de otra y que la cuestión resultó bien, les indicará el camino que deberán seguir. De momento yo encuentro ((**It13.277**)) esto más importante que otras cosas; por tanto creo necesario que cada director se aplique este año a ello de buena gana y piense y estudie la manera más oportuna y encuentre el tiempo para ello y, ésta que llamaremos crónica del propio colegio, hágase cada año y la continúe el director pro tempore. (**Es13.243**))
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