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Confesiones mal hechas. Semiclausura.
Mezcla de gente
en las fiestas. Asistencia en los
dormitorios
Conferencia 10. ¦ Se reanudó el tema de la
moralidad entre los alumnos. Ya encaminada la
discusión, don Bosco habló en estos términos:
-Hasta ahora se dijeron muchas cosas sobre la
moralidad y se presentaron muchos medios para
obtenerla en los jóvenes; pero todavía no se tocó
el principal. El punto culminante para obtener la
moralidad es sin duda la confesión frecuente y la
comunión, pero de veras bien hechas. Se ha dicho
en la conferencia anterior que se diera toda
comodidad a los jóvenes y que se llamaran
confesores, que ellos no conocen, pero
preferiblemente de la Congregación; se comprueba
realmente que, dando gran comodidad y
proporcionando confesores muy entendidos en estas
cosas, se obtiene ya mucho; pero ciertamente será
siempre casi imposible obtenerlo todo. Da lástima
ver el estado de conciencia en casi las nueve
décimas partes de los jóvenes. íNi siquiera toda
comodidad los asienta! Hay que convencerse de que,
cuando un joven tiene la desgracia de dejar
enredos en la conciencia, por lo general va
adelante así por años y años, y no hay solemnidad,
ni tanda de ejercicios, ni muerte de otros que le
impresionen. Hay que afirmar francamente que el
arreglo de las conciencias viene directamente de
Dios, el cual, de vez en cuando y quizá sin
necesidad de una ocasión extraordinaria, hace que
uno se enmiende.
Y, con la gracia de Dios, en nuestras casas se
arreglan muchos enredos. Puede decirse que no pasa
una gran fiesta, ni un ejercicio de la buena
muerte, sin que se ponga de manifiesto la
misericordia del Señor en alguno de nuestros
alumnos. Con ocasión de los ejercicios
espirituales, esto sucede realmente en gran
escala, pero por desgracia esto no sucede con
todos y aun después de varios años, si se pregunta
a uno de esos:
->>Es que tú no has hecho los ejercicios
espirituales?
-Sí, responde.
->>Y cómo se explica que no hayas arreglado
esto?
->>Qué quiere que le diga?... No, no lo he
arreglado.
Y todo acaba allí. Sin embargo, soy del parecer
que se estudien todas las maneras para dar
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vez mayor comodidad, pues siempre habrá alguno
que, gracias a esto, dejará que actúe sobre él la
misericordia divina: y, aunque no haya más que la
probabilidad del éxito, merece todos nuestros
afanes. Pero hay que considerarla como muy
importante.
Habiendo recaído incidentalmente la
conversación sobre la moralidad de los socios, don
Bosco quiso exponer su pensamiento.
-Hace mucho tiempo que pienso en ello, pero
hasta ahora no hice más que bosquejarlo, y será
preciso que lo estudiemos entre todos. Se trataría
de establecer que los
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