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no está en las tres liras anuales; por
consiguiente no se exijan: un bienhechor que dé
una limosna bastará a veces para pagar por todos.
La presentación del Boletín a los Cooperadores
hízola don Bosco con un escrito que llenaba las
dos primeras páginas. Helo aquí resumido. En el
Reglamento de los Cooperadores se prometía un
órgano mensual que les informase de lo hecho o de
lo que se iba a hacer para alcanzar el fin que se
les proponía; con el Boletín se cumplía la
promesa. Así resultaba posible actuar con unidad
de espíritu y encaminar todas las solicitudes a un
solo fin, que era la gloria de Dios y el bien de
la sociedad civil. El programa comprendería tres
partes: 1.¦ Presentación de las propuestas por los
socios o por sus directores para el bien general y
particular de los asociados, con las normas
prácticas para los Cooperadores. 2.¦ Relación de
hechos, que hubieran resultado provechosos a los
socios y sirvieran de ejemplo, como episodios
edificantes y noticias y cartas de misioneros,
especialmente salesianos. 3.¦ Comunicaciones,
anuncios, libros, máximas a propagar.
De aquí pasaba don Bosco a dar una idea sobre
el Cooperador Salesiano. <>. En consecuencia recoger
muchachos en peligro y abandonados, encaminarlos a
la catequesis, entretenerlos en los días festivos
y colocarlos con patronos honestos, dirigirlos,
aconsejarlos, ayudarlos a ser buenos cristianos y
honrados ciudadanos. El Boletín daría las normas
oportunas. Don Bosco insistía en el carácter
práctico de la institución. <((**It13.262**)) a
dedicar no promesas, sino hechos, solicitudes,
molestias y sacrificios para ayudar a nuestros
semejantes>>. Concluía su llamamiento con estas
categóricas declaraciones: <>.
No faltó gente inconsiderada que calificó el
Boletín Salesiano de bombo para sacar dinero. Don
Bosco, como de costumbre, dejó hablar y tiró
adelante; sólo observó que, al correr del tiempo,
su ejemplo
(**Es13.230**))
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